Imag¨ªnate...
El f¨²tbol es un sentimiento profundo y envolvente y el enfrentamiento Madrid-Barcelona pone el dedo en la llaga. Uno tiene la exagerada impresi¨®n de que se lo juega todo en este partido. Es un acontecimiento para vivirlo sorbo a sorbo, pausadamente, para sentirlo en la piel y pensarlo infinidad de veces, suponerlo, so?arlo.Se juega tres veces: antes que es lo que estamos haciendo, durante y despu¨¦s. Empieza siete d¨ªas antes y termina siete d¨ªas despu¨¦s. No tiene pron¨®stico, ni valen los antecedentes.
En los ¨²ltimos cuatro o cinco a?os, el Barcelona refin¨®,el gusto de los buenos aficionados y colm¨® las vitrinas m¨¢s exigentes con todos los trofeos. Gust¨® y gan¨® como ning¨²n otro de la historia m¨¢s reciente. S¨®lo el Milan de Van Basten resiste la comparaci¨®n. Enarbol¨® el toque como bandera de su juego, la osad¨ªa como modo de vida y us¨® el talento como arma preferida para llegar al coraz¨®n de todos. Le vino a dar la raz¨®n a la Quinta que hasta entonces predicaba en el desierto y apadrin¨® una nueva y brillante generaci¨®n de futbolistas espa?oles, que lidera la inalterable convicci¨®n de Guardiola.
Hay que reconocer que el f¨²tbol espa?ol comenz¨® a hablar otro idioma desde que Laudrup en esos tiempos miraba para la izquierda y dejaba s¨®lo a Stoiclikov por la derecha, y Koeman iniciaba el buen gusto desde el fondo de su defensa. Por eso no hay nada m¨¢s excitante que en-frentar a este Barcelona, salpicado de gloria por los cuatro costados.
Nuestro Madrid de hoy tiene el pretencioso deseo de asumir ¨¦l relevo del campe¨®n. No s¨®lo queremos ganarle, sino tambi¨¦n demostrarnos que somos mejores.
Participamos de la misma filosof¨ªa de toque, del mismo car¨¢cter ofensivo y apostamos tambi¨¦n por el protagonismo de los creadores. S¨®lo nos diferenciamos, quiz¨¢, en el punto de partida, en el orden o sistema como algunos prefieren llamarlo. Para Menotti, los jugadores tienen obligaciones y posibilidades, y es, precisamente, en las obligaciones colectivas donde, tal vez, no estemos de acuerdo.
Para nosotros, no hay arte sin disciplina t¨¢ctica y creemos que el funcionamiento colectivo asegura las posibilidades del talento. En realidad, son discrepancias m¨ªnimas, como para pensar que la promesa de fiesta que es este partido, no se cumpla. Las intenciones de los dos equipos est¨¢n garantizadas, as¨ª todo el mundo podr¨¢ disfrutar jugando.
"Dir¨¢s que soy un so?ador", cantaba John Lenon sugiriendo un mundo mejor, "pero no soy el ¨²nico", agregaba la canci¨®n.
So?emos con un gran partido, para un f¨²tbol mejor. Ser¨ªa importante para que los incr¨¦dulos "alg¨²n d¨ªa se unan a nosotros y el mundo sea s¨®lo uno". Imag¨ªnate...
Es segundo entrenador del Madrid.
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