Mejorar los centros educativos p¨²blicos

El sistema educativo no puede estar al margen de la sociedad ni se puede vivir de espaldas a los cambios, a?orando permanentemente tiempos pasados. Para preparar el futuro y hacer frente a esos cambios, el Parlamento aprob¨® en el a?o 1990 la ley de Ordenaci¨®n General del Sistema Educativo (LOGSE), que planteaba cuatro grandes desaf¨ªos: extender la educaci¨®n obligatoria gratuita para todos los alumnos hasta los 16 a?os; actualizar las etapas y los contenidos educativos; reformar la formaci¨®n profesional y, finalmente, mejorar la calidad de la ense?anza. Conseguir estos objetivos en los diez a?os que la propia ley estableci¨® para su aplicaci¨®n nova a ser tarea sencilla, ya que la reforma conlleva procesos de adaptaci¨®n dif¨ªciles y laboriosos.Es en esta din¨¢mica de cambio, incierta a veces para sus protagonistas, en la que hay que situar el firme prop¨®sito de mejorar la calidad de la ense?anza p¨²blica. Existen muchos criterios de calidad, pero hay uno especialmente pertinente: la confianza de los ciudadanos. Es preciso conseguir que la escuela p¨²blica, plural, tolerante y abierta a todos, sea m¨¢s valorada por los ciudadanos y m¨¢s demandada por los padres cuando elijan centro escolar para sus hijos. Para ello hay que llevar a la pr¨¢ctica las iniciativas que permitan mejorar la calidad de los centros docentes y que pueden resumirse en las cinco siguientes:

1. Ampliar la oferta educativa. Los centros p¨²blicos deben completar su oferta e impulsar nuevos programas: actividades extraescolares, cursos para la formaci¨®n de personas adultas, secciones de escuelas de idiomas, etc¨¦tera.

2. Mejorar la formaci¨®n y las perspectivas profesionales de los docentes. Es necesario facilitar su formaci¨®n y asegurar las condiciones que favorezcan una mayor satisfacci¨®n profesional. La dedicaci¨®n que exigen los cambios educativos previstos debe suponer una ampliaci¨®n de sus perspectivas profesionales, a las que se deber¨ªa acceder despu¨¦s de una adecuada valoraci¨®n del trabajo desarrollado. Es preciso, adem¨¢s, poner en marcha medidas que lleven a que los ciudadanos valoren m¨¢s la profesi¨®n docente y el esfuerzo que supone la reforma educativa.

3. Reforzar la direcci¨®n de los centros docentes. Los equipos directivos deber¨¢n ser m¨¢s estables, con mayor capacidad de decisi¨®n y mayor apoyo de la Administraci¨®n. El ejercicio de la direcci¨®n tiene que convertirse en una opci¨®n profesional atractiva para aquellos profesores con m¨¢s preparaci¨®n, capacidad de organizaci¨®n y habilidades para liderar el proyecto com¨²n de un centro educativo.

4. Crear un ambiente de estudio y convivencia en los centros. Los. proyectos educativos de los centros deber¨¢n tener especialmente en cuenta la creaci¨®n de un ambiente de convivencia, la valoraci¨®n del tiempo de estudio y del logro de los objetivos educativos, el di¨¢logo con los padres y la orientaci¨®n acad¨¦mica y profesional de los alumnos.

5. Evaluar el funcionamiento de los centros y del sistema educativo e informar a la sociedad de los resultados que se obtienen. De esta forma se podr¨¢n resolver los problemas y los ciudadanos conocer¨¢n mejor su sistema de ense?anza.

El desarrollo de estos proyectos contribuir¨¢ a que mejore la escuela p¨²blica, a que los ciudadanos la valoren m¨¢s, y, a su vez, servir¨¢ ?le est¨ªmulo a todo el sistema educativo. Y ello siempre en armon¨ªa con otras opciones de ense?anza y con el m¨¢ximo respeto a la libertad de elecci¨®n de los padres.

es secretario de Estado de Educaci¨®n y Ciencia.