Charles Pasqua apoya la candidatura de Balladur a la presidencia francesa
La candidatura presidencial de Jacques Chirac recibi¨® ayer un esperado pero dur¨ªsimo mazazo. Charles Pasqua, ministro del Inter¨ªor y figura tot¨¦mica del gaullismo, dio a conocer su apoyo a ?douard Balladur. Pasqua inform¨® personalmente a Chirac, a trav¨¦s de una carta manuscrita, de que ante "la elecci¨®n y las decisiones dificiles" planteadas a los gaullistas por la presencia de dos candidatos dentro del partido, ¨¦l hab¨ªa optado por el primer ministro[Balladur]. "Me parece, en las circunstancias actuales, el m¨¢s id¨®neo para defender nuestras ideas reagrupando a una gran mayor¨ªa de los franceses", explicaba en su misiva.
Poco a poco, Chirac se queda solo. Mientras tanto, el que fue su "amigo durante 30 a?os", su antiguo lugarteniente, el hombre a quien ¨¦l mismo cedi¨® la jefatura del Gobierno en 1993, se hace con las riendas. del gaullismo y de toda la gran coalici¨®n conservadora. De los doce ministros gaullistas, cinco se han declarado favorables a Balladur y s¨®lo tres (crecientemente marginados en el Gabinete) est¨¢n por Chirac. De los . cuatro que a¨²n no se han definido, tres parecen apostar por el primer ministro y uno por Chirac. Nueve de los diez ministros de la coalici¨®n centro-derechista Uni¨®n para la Democracia Francesa apoyan a Balladur.
Las encuestas van en el mismo sentido: todas pronostican que en la primera vuelta Balladur obtendr¨¢ al menos un 30% de los votos, mientras Chirac rondar¨¢ el 15%, y que en la segunda vuelta el primer ministro arrollar¨¢ a cualquier rival. El "reformismo suave" de Edouard Balladur ha calado en los electores franceses. La deriva hacia la izquierda de la candidatura de Chirac y sus constantes advertencias sobre una pr¨®xima crisis nacional, producida por el desempleo y la exclusi¨®n social, no han obtenido, por el contrario, eco positivo. El alcalde de Par¨ªs, derrotado por Mitterrand en 1981 y 1988, parece encaminarse a un tercer y definitivo fracaso.
Igual que Mois¨¦s
En unas recientes declaraciones, Pasqua defini¨® cruelmente el destino de Jacques Chirac: "Como Mois¨¦s, habr¨¢ llevado a su pueblo, al gaullismo, hasta la tierra prometida. Pero ¨¦l no la ver¨¢". El carism¨¢tico ministro del Interior, duro y populista, id¨®neo para captar votos en la extrema derecha mientras Balladur los recoge en el centro, parece tener un doble objetivo personal: ser el primer ministro del presidente Edouard Balladur y heredar del vencido Chirac el liderazgo del gaullismo.
Para conseguir ambos prop¨®sitos, Pasqua tendr¨¢ que competir con el otro puntal balladurista, el ministro del Presupuesto Nicolas Sarkozy, que a sus 40 a?os rezuma ambici¨®n por todos los poros. Fuentes muy pr¨®ximas a Sarkozy afirman que si Pasqua obtiene la jefatura del Gobierno ¨¦l "sabr¨¢ esperar" y "se conformar¨¢ con un ministerio muy grande": Exteriores o una supercartera que combine Econom¨ªa y Presupuesto.
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