"Es bueno para el cine que la industria se centralice en Madrid"
El ¨²ltimo Premio Nacional de Cine no tiene despacho, ni falta que le hace. Le bastan un par de salas con pinta de taller mec¨¢nico en la Filmoteca Nacional para quitar las arrugas a La aldea maldita, La venenosa, Castigo de Dios, Don Juan Tenorio y resucitar. literalmente a Currito de la Cruz. "Lo rescatamos de la basura", cuenta el director de fotograf¨ªa nacido en Barcelona hace 75 a?os. Entregado a la restauraci¨®n de pel¨ªculas, a veces sin descanso dominical, ha patentado s¨®lo parte de sus inventos, que explica con verdadera pasi¨®n. No le importa la cantidad de metros restaurados y s¨®lo presume del Premio Nacional para recordar la emoci¨®n de compartirlo con Jos¨¦ Mar¨ªa Forqu¨¦. Este prestigioso fot¨®grafo de la Rep¨²blica aprendi¨® todo lo que sabe en los plat¨®s, que pisa des de los 14 a?os. Especialista en creaci¨®n de efectos es peciales, La grieta, de Juan Piquer, fue su ¨²ltima pel¨ªcula y piensa celebrar el primer ciclo del cine rema tando su sistema de alta definici¨®n y restaurando, otra vez, La aldea malditaPregunta. ?Tiene l¨ªmites la restauraci¨®n?
Respuesta. Consideramos que hay que acercarse lo m¨¢s posible al estado original. Me da pena que se pierdan pel¨ªculas porque son parte de la historia. Ahora, lo que m¨¢s me ilusiona, es el sistema de alta definici¨®n en el que estoy trabajando.
P. ?Qu¨¦ opina de las pel¨ªculas coloreadas?
R. Me parece una barbaridad, un aut¨¦ntico horror. La luz que necesita el blanco y negro no tiene nada que ver con la que necesita el color. Ahora, ves pel¨ªculas como San Francisco, con esas llamas de color rojo rar¨ªsimo y resulta absolutamente falso.
P. ?Cu¨¢les son los enemigos de las pel¨ªculas?
R. La temperatura y la humedad. En la futura ciudad de la imagen est¨¢ prevista la instalaci¨®n de un excelente sistema de conservaci¨®n, ¨²nico en Europa. Porque, en Espa?a, lo malo no son todas las pel¨ªculas que se perdieron en la guerra, sino muchos ¨¦xitos recientes, cuyos negativos est¨¢n destrozados.
P. Lleg¨® usted al mundo del cine casi por accidente.
R. A los 14 a?os empec¨¦ a trabajar de ayudante * Tuve que dejar los estudios a causa de un tifus. En aquella ¨¦poca, los antibi¨®ticos se vend¨ªan en Chicote de forma clandestina. Parec¨ªa que estabas comprando coca¨ªna.
P. Ha tenido usted un ¨¢ngel de la guarda. O mejor dicho, un arc¨¢ngel.
R. En tantos a?os, hay an¨¦cdotas para llenar muchas p¨¢ginas. En el 58, rodando Nada menos que un arc¨¢ngel, con Pepe Isbert y Conrado San Mart¨ªn, una explosi¨®n me lanz¨® a 15 metros de distancia. Vino una ambulancia para ocuparse de las tres costillas rotas de mi ayudante. A m¨ª, me echaron una manta por encima y avisaron al furg¨®n de atestados. Al cabode un rato, algo comenz¨® a moverse bajo la manta, y hubo hasta des" mayos. Y en La grieta, mi ¨²ltima pel¨ªcula, se me perfor¨® el est¨®mago por comer pizza en mal estado.
P. Lleva usted casi toda su vida en Madrid.
R. Cuando voy a Barcelona, mis amigos y hasta mi familia me dicen, "ah¨ª viene el madrile?o". Hasta en el f¨²tbol reparto mis alegr¨ªas entre el Madrid y el Barcelona.
P. Y, ?para trabajar?
R. Soy catal¨¢n para muchas cosas, excepto para el cine. Es bueno para el cine que la industria se centralice en Madrid.
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