Eso es lo que hay

Dorothy Parker (1893-1967) apenas contaba 25 a?os y ya era considerada la mujer m¨¢s ingeniosa de Nueva York. Dorothy Parker: Vanity Fair, The New Yorker, la mesa redonda del hotel Algonquin, Scott Fitzgerald, Hemingway, Dos Passos... Dorothy Parker: maridos, amantes, abortos, intentos de suicidio... Dorothy Parker, cr¨ªtico teatral: los empresarios de Broadway, dolidos, cabreados por sus "continuados y arbitrarios sarcasmos" -"la se?orita Hepburn (Katharine) recorri¨® toda la gama de las emociones, de la A a la B", escribi¨® en cierta ocasi¨®n- lograron que la echasen de Vanity Fair. Dorothy Parker: poemas, cuentos, narraciones cortas, art¨ªculos, cr¨ªticas literarias, un par de obras teatrales -sin ¨¦xito-, algunos guiones cinematogr¨¢ficos, di¨¢logos, todo muy inteligente, sensible, sarc¨¢stico unas veces, amargo otras...?Un musical sobre el mundo, los personajes -mujeres, mujeres con hombres, sin hombres, dese¨¢ndolos y aborreci¨¦ndolos a la vez-, de Dorothy Parker? ?Con m¨²sica, con las canciones brillantes, divertidas, sofisticadas de Cole Porter? ?"Un c¨®ctel de diversi¨®n y amargura"?, como lo califica su director. ?Por qu¨¦ no?

Escasa entidad

La estructura dram¨¢tica de T'odio, amor meu es parecida, muy parecida, a la de otro musical de Dagoll Dagom, G1ups!! (1983), un musical "sobre ideas de Lauzier": los 13 relatos -a veces breves pinceladas de los mismos- de Dorothy Parker y las 16 canciones de Cole Porter se combinan en una serie de chistes escenificados, los cuales, salvo uno en la segunda parte, adolecen, a mi modo de ver, de una escasa entidad dram¨¢tica.

Si seguimos la comparaci¨®n con G1ups!!!, vemos que en aquel espect¨¢culo la caricatura de los personajes de las historietas ayudaba a que el trabajo de los int¨¦rpretes, y el espect¨¢culo en general, pasase con mayor e, menor fortuna, pero en definitiva, pasase, cruzase el escenario y llegase al espectador.

Pero los personajes de las narraciones de Dorothy Parker no son precisamente caricaturescos y, para llegar, precisan de actores y actrices. Y los int¨¦rpretes de T'odio, amor meu cantan y bailan m¨¢s o menos bien. -no soy ningun experto, pero me pareci¨® escuchar a una int¨¦rprete que machacaba una canci¨®n de Porter, las letras catalanas de las cuales a veces me hicieron soltar la carcajada-; cantan y bailan, pero, en l¨ªneas generales, son incapaces de transmitir la iron¨ªa, el sarcasmo, la soledad o la amargura de las criaturas de Dorothy Parker. De ah¨ª, tal vez, la escasa consistencia dram¨¢tica de los chistes escenificados, para no agobiar al int¨¦rprete y facilitarle el trabajo.

Pero ni a¨²n as¨ª: la Dorothy Parker que asoma en el escenario del Vict¨°ria es escandalosamente blanda y poco divertida.

Y, para terminar, un consejo muy parkeriano: cuando beban whisky, utilicen el vaso adecuado. Sabe mejor.