El Valencia no encuentra la victoria
El Valencia sigue cayendo. Ni siquiera la renovaci¨®n del t¨¦cnico ha levantado a este grupo, que sigue un proceso imparable. Camino del infierno. Desde el 29 de octubre no conoce la victoria. Ni sabe la manera de llegar a ella. Ayer, ante un mermado y conformista Espa?ol, demostr¨® una vez m¨¢s que est¨¢ en la senda sin retorno. E fiel p¨²blico de Mestalla no podr¨¢ soportar m¨¢s tiempo este tormento. No es que no gane, es que no luce el m¨¢s m¨ªnimo atisbo de juego. Un Espa?ol poco atrevido tampoco contribuy¨® a aliviar el sufrimiento. Con lo que se trajo a Valencia, Camacho pareci¨® darse por satisfecho.El Valencia de Parreira se ha transformado progresivamente en un animal extinguido: el dinosaurio. Se mueve lento, cadencioso, sin coordinaci¨®n y se duerme con facilidad. Mestalla ya no siente nada. Est¨¢ fr¨ªo. El aficionado acude al estadio mec¨¢nicamente. Sin esperanzas. Le silba t¨ªmidamente a Zubizarreta o Giner, pero no sabe realmente sobre qui¨¦n centrar sus, iras. El equipo de Hiddink era irregular, vulnerable, brillante en ocasiones. El de Parreira es triste y as¨¦ptico. Siempre aburrido.
Demasiado consciente de sus bajas, el Espa?ol consider¨® el empate un tesoro al que aferrarse. Tan s¨®lo Luis Cembranos pareci¨® entender la situaci¨®n: el equipo rival estaba roto y hab¨ªa que aprovecharlo. Jos¨¦ Antonio Camacho ha encontrado en este chico un enlace de calidad con su delantera: protege, toca y se va. Con clase. De lo poco que gust¨® en Mestalla.
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