El Open de Australia abre la veda
La espa?ola Arantxa S¨¢nchez se convertir¨¢ en 'n¨²mero uno' mundial sigana en Melbourne
MANEL SERRAS Veintiseis t¨ªtulos, cuatro de ellos del Grand Slam, y otras 15 finales no es un r¨¦cord f¨¢cil de igualar. Pero esta es la propuesta que se plantea el tenis espa?ol a lo largo de 1995. El primer reto le llega a Arantxa S¨¢nchez Vicario casi sin tiempo de haberlo meditado. El Open de Australia, que se inicia hoy en Melbourne, puede proporcionar a la espa?ola lo que se le neg¨® en 1994: ser la n¨²mero. uno del tenis femenino mundial. La ausencia de Steffi Graf -lesionada en la espalda producir¨¢ una p¨¦rdida importante de puntos de la alemana que situar¨ªa a Arantxa como l¨ªder de la WTA si gana el torneo. Conchita Mart¨ªnez tendr¨¢ tambi¨¦n sus opciones. Pero Sergi Bruguera ha preferido preparar la eliminatoria de Copa Davis contra Austria -3 al 5 de febrero- y no jugar¨¢ en Australia.
La misma Steffi reconoci¨® recientemente en una entrevista para la televisi¨®n alemana que Arantxa mereci¨® acabar el a?o encabezando la clasificaci¨®n de la WTA. "Fue mejor que yo y eso debi¨® quedar reflejado en la clasificaci¨®n", dijo. Mientras Graf gan¨® un solo Grand Slam, en Australia, Arantxa sum¨® dos t¨ªtulos -Roland Garros y el Open de EE UU- y jug¨® adem¨¢s la Final en Melbourne. Pero eso no fue suficiente para revocar el fallo del tribunal supremo de la WTA, el ordenador.
El primer reto
Sin embargo, la nueva temporada empieza para Arantxa con un reto inicial sobre la mesa. Si gana el Open de Australia se convertir¨¢ en n¨²mero uno. Eso es lo que asegura la WTA en su comunicado del 9 de enero al afirmar que la espa?ola puede ser la sexta jugadora que alcance este honor hasta ahora s¨®lo disfrutado por Tracy Austin, Chris Evert, Martina Navratilova, M¨®nica Seles y Steffi Graf.
La explicaci¨®n es que el coeficiente de Graf, actualmente situado en 353,2966, descender¨¢ hasta 317,4046 puntos al no poder defender el t¨ªtulo que gan¨® el a?o pasado. Quedar¨¢ a menos de siete puntos de Arantxa. Pero la espa?ola precisar¨¢ sumar 655 puntos para que su coeficiente salve esta rid¨ªcula diferencia de siete puntos. Ganar en Melbourne dar¨ªa a Arantxa 520 puntos. Los 135 restantes los sumar¨ªa f¨¢cilmente a trav¨¦s de las bonificaciones obtenidas a trav¨¦s de sus victorias -cada jugadora ofrece, seg¨²n su nivel, un n¨²mero determinado de puntos.
La WTA explica que incluso si Arantxa perdiera en la final tendr¨ªa una peque?a opci¨®n, m¨ªnima, de superar a Graf. Pero en este caso deber¨ªa ganar 291 puntos de bonificaciones, y s¨®lo, podr¨ªa conseguirlo venciendo a cuatro cabezas de serie y a otras tres jugadoras bien clasificadas. Ser¨ªa una casualidad. Sin Graf en el cuadro, Arantxa se convierte en la mejor apuesta. La superficie, incluso algo m¨¢s lenta que la del Open de Estados Unidos, la favorece. Y en mentalizaci¨®n nadie la supera. Arantxa partir¨¢ como primera cabeza de serie y s¨®lo podr¨ªa encontrarse con Conchita Mart¨ªnez, segunda favorita, en la final. Un duelo entre las dos para decidir el t¨ªtulo dar¨ªa continuidad al esplendoroso a?o que vivi¨® el tenis espa?ol en 1994. Y ser¨ªa la primera piedra del nuevo edificio que entre ellas dos Sergi Bruguera, Alberto Berasategui y unos cuantos m¨¢s deben construir para mejorar sus haza?as del a?o pasado.
"Ninguna de estas circunstancias va a afectar mi juego", asegura Arantxa. Desde su llegada a Australia, la espa?ola est¨¢ trabajando ya sobre la misma superficie de Rebound Ace en que se disputar¨¢ el Open. "S¨¦ que puedo ser n¨²mero uno, pero mi ¨²nica preocupaci¨®n ahora es ganar mi primer encuentro".
Tanto para Arantxa como para Conchita el Open de Australia plantea otra situaci¨®n ins¨®lita en el tenis espa?ol. Hasta ahora ning¨²n jugador espa?ol ha ganado aquel torneo. Joan Gisbert en 1968 y Andr¨¦s Gimeno en 1969 alcanzaron la final individual y fueron quienes m¨¢s cerca estuvieron del triunfo. Hasta el a?o pasado, en que la propia Arantxa, la primera espa?ola en ganar un Grand Slam, igual¨® la haza?a.
La menor de los S¨¢nchez Vicario es ya, por ahora, la ¨²nica espa?ola que aparece en el palmar¨¦s australiano. Junto al jugador local Todd Woodbridge se adjudic¨® la prueba de dobles mixtos en 1993. Aqu¨¦lla fue la primera pica plantada en las ant¨ªpodas. Ahora, Arantxa y Conchita, primera y segunda cabezas de serie, tienen la posibilidad de ampliar el territorio. Y en el futuro, el regreso de Bruguera, ya convertido en un aut¨¦ntico campe¨®n, podr¨ªa abrir el palmar¨¦s masculino.
Vuelven cuatro j¨®venes veteranos
M. S. Tras m¨¢s o menos a?os de extravagantes e inesperadas turbulencias, cuatro j¨®venes veteranos parecen haber recuperado la ilusi¨®n por jugar al tenis: Boris Becker, de 27 a?os, es el mayor; los dem¨¢s, Andre Agassi, Jim Courier y Gabriela Sabatini tienen 24. Los cuatro han formado parte de la ¨¦lite mundial en los ¨²ltimos a?os, pese a que han pasado por largos periodos de apat¨ªa que han puesto incluso en peligro su carrera deportiva.
De Becker permanecen inalterables en la mente de todos sus tres t¨ªtulos de Wimbledon y sus dos finales posteriores, en 1990 y 1991. Pero desde aquel 1991 en que, adem¨¢s, gan¨® el Open de Australia, s¨®lo se recuerdan aldabonazos y esc¨¢ndalos. El alem¨¢n pas¨® desapercibido en el Grand Slam los ¨²ltimos tres a?os y sus t¨ªtulos fueron escasos. Pero en la ¨²ltima parte de 1994 pareci¨® reencontrarse con su mejor tenis.
Agassi gan¨® en Wimbledon en 1992, pero ah¨ª acab¨® un ciclo. En 1993 su clasificaci¨®n mundial descendi¨® a niveles de esc¨¢ndalo y acab¨® 24,1 del mundo. Su debate personal parec¨ªa m¨¢s comprometido con el mundo del espect¨¢culo -Barbara Streisand y Brooke Shields- que con el tenis. Hasta que al final de la pasada temporada gan¨® el Open de EE UU, su segundo Grand Slam.
Los casos de Courier y Sabatini son bastante similares. Los dos fueron v¨ªctimas de verdaderas empanadas mentales que les hicieron dudar hasta de sus fundamentos ten¨ªsticos. Casi no sab¨ªan ni c¨®mo empu?ar la raqueta. Courier estuvo 16 meses sin ganar un torneo, hasta que lo logr¨® hace unas semanas en Adelaida. Para Sabatini el letargo fue mucho m¨¢s largo, se prolong¨® desde mayo de 1992 -Roma- hasta noviembre de 1994 -Masters.
Los cuatro parecen haber superado sus respectivas crisis y se presentan en el Open de Australia con nuevas perspectivas. Su rendimiento frente a los mejores sigue siendo, sin embargo, una inc¨®gnita. En Melbourne, los favoritos son Pete Sampras, ganador masculino el a?o pasado, y Arantxa S¨¢nchez, finalista.
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