Jugar y representar

La idea de la madurez de Nietzsche era alcanzar la seriedad de un ni?o que juega: esta frase dio a Armada su idea de Carmencita jugando; y un cuadro de Antonio L¨®pez -ni?a jugando en una terraza de Tomelloso-, su pl¨¢stica. Jugar es representar, es inventar: es teatro. En algunos idiomas se dice lo mismo: jouer, to play.Pero yo suelo buscar a Alfonso Armada por otras frecuentaciones tr¨¢gicas, o dram¨¢ticas: y le encuentro en ellas. No tanto en este poema, aunque tenga su pistola y su cuchillo, y su amargura de recuerdo. Tambi¨¦n busco a su int¨¦rprete, Anne Serrano, en lo m¨¢s duro. y no en el aninamiento, en la infantilizaci¨®n. O sea, que hago aqu¨ª la cr¨ªtica de lo que quisiera ver y oir, la de m¨ª mismo expectante, y no la de este autor que escribe su mon¨®logo con el buen idioma, con la mezcla de sensaciones y recuerdos que ya no son de una ni?a abstracta, sino las de ¨¦l mismo, quiz¨¢ las de la actriz que le haya pedido el ensayo. Hubiera querido que la dramaturgia -la direcci¨®n es del propio autor- de sus cabezas de mu?eca, su trencito de juguete o de realidad o de sue?o, y sus cortinas y sus canzonetas me bastaran: no me bastan. Culpa m¨ªa.