Clinton busca recuperar autoridad para desarrollar su 'segunda presidencia'
Para Bill Clinton, ¨¦sta es la oportunidad de volver a empezar. El discurso sobre el estado de la Uni¨®n, previsto para la pasada madrugada, deb¨ªa ser la ocasi¨®n en la que el presidente estadounidense presentase a sus compatriotas su visi¨®n de gobierno para los pr¨®ximos dos a?os y una nueva imagen de autoridad que borre los errores del pasado y compense el fuerte avance republicano de los ¨²ltimos meses. El discurso sobre el estado de la Uni¨®n suele ser un punto de partida en la pol¨ªtica de Estados Unidos.
Para Clinton es el momento para redefinir su programa, reconstruir su perfil presidencial y abrir pista para la reelecci¨®n. Quiz¨¢s sea ya muy tarde para un hombre que ha derrochado dos a?os en la indefinici¨®n y la incertidumbre. Pero quiz¨¢s, aprovechando las carencias que r¨¢pidamente evidencian los republicanos, haya tiempo para que evite ser meramente una figura de transici¨®n.Parad¨®jicamente, ese proyecto tan ambicioso no tiene que cumplirse con un programa pol¨ªtico ambicioso tambi¨¦n. El ¨¦xito en Estados Unidos no radica tanto en cambiar las cosas de ra¨ªz como en tocar sabiamente aquellos aspectos que son mas sensibles al grueso del electorado. Cuando eso se consigue -y la opini¨®n p¨²blica lo percibe as¨ª- el triunfo est¨¢ garantizado.
Por eso, el Clinton que iba a comparecer en su tercera intervenci¨®n ante el pleno de las dos c¨¢maras del Congreso no deb¨ªa ser el impulsivo dirigente que quer¨ªa revolucionar el sistema sanitario, la beneficencia p¨²blica, la educaci¨®n y la burocracia estatal. La mayor¨ªa de esos grandes proyectos fueron derrotados o disminuidos en os dos ¨²ltimos a?os.
En esta oportunidad se esperaba a un Clinton con ideas m¨¢s modestas pero mejor dirigidas, m¨¢s factibles, situado en el centro del escenario, capaz de abrir el juego a ambas bandas de su propio equipo dem¨®crata y de contener, al tiempo, la feroz ofensiva conservadora. Todav¨ªa el presidente puede salir bien parado si se limita a administrar con tino y a corregir los excesos que est¨¢ abocada a cometer una oposici¨®n ansiosa de poder.
El Clinton de hoy es, sin duda, un pol¨ªtico seriamente herido por la derrota dem¨®crata en las elecciones de noviembre pasado. Pero los estados de ¨¢nimo cambian muy r¨¢pidamente en Estados Unidos, y todav¨ªa puede encontrar alg¨²n consuelo en su desgracia.
Las propuestas que se esperaban en el discurso ante el Congreso eran las siguientes:
- Aumentar el control de las fronteras para evitar el crecimiento incontrolado de la emigraci¨®n ?legal.
- Incremento del salario m¨ªnimo de los 4,25 d¨®lares (unas 560 pesetas) la hora a los cinco d¨®lares.
- Defensa de su paquete de 40.000 millones de d¨®lares de ayuda a M¨¦xico.
- Defensa de su carta de derechos para la clase media.
- Reducci¨®n del tama?o de la Administraci¨®n del Estado, pero de forma moderada.
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