El Madrid vence la resistencia del Maccabi en la segunda parte
El universo de interdependencias tejido por Sabonis, Real Madrid y Maccabi presidi¨® el nudo, el desarrollo y, finalmente, la conclusi¨®n de un choque desigual por las antag¨®nicas condiciones exhibidas por ambos equipos.Si es absolutamente claro que el Madrid vive en gran parte del aire que le trae su estrella lituana (primera dependencia), no lo es menos que el Maccabi s¨®lo podr¨ªa afirmar su identidad si el equipo blanco renunciaba antes a la suya (segunda dependencia). Los limitados recursos de los israel¨ªes -m¨¢s evidentes al medirse a un rival superior- dejaban la resoluci¨®n del partido en manos blancas. El Maccabi llegar¨ªa tan lejos como el Madrid le permitiera. Y el Madrid es Sabonis.
El p¨ªvot b¨¢ltico volvi¨® a resultar providencial para un equipo que anduvo demasiado tiempo en la cuerda floja. El Madrid concedi¨®, de salida, muchas facilidades: escasa concentraci¨®n en los primeros minutos, ausencia de presi¨®n defensiva, pesada circulaci¨®n de bal¨®n en ataque, desacierto -m¨¢s por omisi¨®n que por error- en los lanzamientos exteriores.
El Madrid s¨®lo exist¨ªa porque as¨ª lo quer¨ªa Sabonis. El gigante de Kaunas anotaba los 11 primeros puntos de su equipo y evitaba que la fuga del Maccabi adquiriera tintes dram¨¢ticos. Lleg¨® a acercarse el campe¨®n espa?ol en el electr¨®nico, pero en el descanso la desventaja volv¨ªa a ser amplia (32-42). La preocupaci¨®n no emanaba de los 10 puntos de margen, sino de las pobres prestaciones de los blancos.
Todo cambi¨® en la segunda parte. El Maccabi resisti¨® con impotencia a la transformaci¨®n de su enemigo. El paso adelante que vari¨® el cariz del choque lo dio el Madrid, como siempre, desde atr¨¢s: la defensa, asfixiante, tuvo la virtud, tambi¨¦n, de provocar la mutaci¨®n de la escuadra hebrea. Su base, Goodes, ya no dirig¨ªa con tanta clarividencia; sus aleros parec¨ªan haber perdido el juego de mu?eca; Curcic ya no hac¨ªa da?o.
En el minuto 29 el Madrid igualaba la contienda (50-50) y dos despu¨¦s tomaba por primera vez la delantera (54-52), que ya no perdi¨® hasta el final. La l¨®gica dictaba sentencia. Situados los dos equipos a su nivel normal, el Real es muy superior al Maccabi, algo as¨ª como dos veces mejor (44-22 en el parcial de los segundos 20 minutos). El colectivo madridista utiliz¨® a la perfecci¨®n sus dos mejores armas, La defensa s¨®lo concedi¨® tres canastas al Maccabi en toda la segunda parte. Y el juego interior blanco otra vez se torn¨® decisivo: entre Sabonis, Mart¨ªn y Arlauckas anotaron 52 puntos, el 68,4% del total de su equipo.
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