La agricultura espa?ola, gran perdedora en Europa por el cambio clim¨¢tico
El primer estudio de impacto en cultivos destaca la repercusi¨®n de la p¨¦rdida de agua
Espa?a ser¨¢ uno de los pa¨ªses ole la LE m¨¢s negativamente afectados por el cambio clim¨¢tico, a mediados del pr¨®ximo siglo, desde el punto de vista agr¨ªcola y dedisponibilidad de agua. Las medias de producci¨®n agr¨ªcola pueden disminuir, especialmente en las regiones sometidas a mayor estr¨¦s clim¨¢tico, como la cuenca del Guadalquivir, la baja meseta y Extremadura. ?stas son las conclusiones del primer estudio sobre el impacto del cambio global en Espa?a, enmarcado en programas mundiales y realizado con ma¨ªz y trigo como cultivos de referencia.
"Las perspectivas para mediados del pr¨®ximo siglo son pesimistas para Espa?a porque la eficacia del uso del agua resulta negativa en todas las zonas estudiadas. Somos una de las regiones perdedoras en el cambio clim¨¢tico", dice Ana Iglesias, del Instituto de Investigaciones Agrarias (INIA). Su estudio se centra en el maiz y el trigo, como cultivos de referencia, en la cuenca del Guadalquivir, la baja meseta, la alta meseta, la cuenca del Ebro y Extremadura.Esta investigadora espa?ola particip¨®, desde 1990 a 1993, en un proyecto de impacto del cambio clim¨¢tico en la producci¨®n de alimentos hecho por m¨¢s de un centenar de cient¨ªficos de 25 pa¨ªses. Ella estaba en tonces, en la Universidad de Columbia (EE UU) y al regresar a Espa?a ha aplicado la ex periencia para averiguar qu¨¦ pasar¨ªa con la agricultura del pa¨ªs si se mantiene ni en el pr¨®ximo siglo las emisiones mundiales de CO2 al nivel actual y se produce el calentamiento global de la Tierra.
Las lluvias, mes a mes
Claro que, como Iglesias explica, lo importante para la agricultura es el r¨¦gimen de precipitaciones en cada ¨¦poca del a?o, porque si aumentan las lluvias en verano y disminuyen en marzo y abril -cuando pueden afectara los cultivos- el efecto es muy significativo en el rendimiento agr¨ªcola. Por ello ha tenido en cuenta la disponibilidad de agua en cada mes, adem¨¢s de las temperaturas predichas para mediados del siglo XXI y el balance de la radiaci¨®n solar..
En la mayor¨ªa de las cinco grandes regiones espa?oles que Iglesias ha estudiado, el aumento de la temperatura influir¨ªa negativamente en el rendimiento de las cosechas, acelerando su desarrollo y, por tanto, dejando menor espacio de tiempo para que las plantas se llenen de grano. Aunque en las ¨¢reas septentrionales las temperaturas m¨¢s altas favorecen la producci¨®n, en otras regiones el estr¨¦s h¨ªdrico ser¨ªa tan grande que las p¨¦rdidas de rendimiento y la mayor demanda de agua de las plantas no se compensar¨ªan con el efecto positivo directo que tiene sobre las plantas el aumento del CO2 en la atm¨®sfera.
Los resultados obtenidos por Iglesias para Espa?a, en colaboraci¨®n con la ETS de Ingenieros Agr¨®nomos de Madrid, encajan perfectamente con las conclusiones del proyecto global y con los datos de otros pa¨ªses europeos.
El trigo y el maiz: son plantas de referencia porque representan ¨¦pocas de cultivo distintas.
"El trigo es de secano y en invierno, con limitaciones por heladas tard¨ªas en algunas regio nes, y el maiz es de regad¨ªo en primavera-verano, con limita ciones de agua", dice Iglesias..
Los cereales de grano en toda Espa?a ocupan una su perficie de unos 7.000.000 de hectareas, de los cuales un mi ll¨®n son de regad¨ªo. "Aqu¨ª se ha invertido much¨ªsimo en regalad¨ªo para cultivar maiz, pero costes de producci¨®n, incluso ahora, no compensan si el precio no est¨¢ regulado y es m¨¢s barato cultivar maiz en secano en Francia que en regad¨ªo en Espa?a", comenta Iglesias.
Los agricultores reaccionan ante los cambios que perciben variando sus pr¨¢cticas, cambiando las variedades de cultivo o las ¨¦pocas de siembra y recolecci¨®n. Estas estrategias de adaptaci¨®n se han tenido en cuenta en el estudio.
Seg¨²n Iglesias, solamente las grandes adaptaciones en las pr¨¢cticas agr¨ªcolas, medidas econ¨®micas o la reducci¨®n de las zonas destinadas a la agricultura podr¨ªan mitigar en Espa?a los efectos adversos en la productividad agraria resultantes del calentamiento global.
A escala planetaria, Rusia, el norte de Europa y Canad¨¢ son las regiones m¨¢s beneficadas como se prev¨¦, se produce un desplazamiento de las temperaturas m¨¢s templadas desde e las franjas subtropicales hacia las altas latitudes. El sureste de Asia y Africa ser¨ªan las zonas m¨¢s negativamente afectadas y en Europa, Grecia y la Pen¨ªnsula Ib¨¦rica. "No hay que olvidar la desertificaci¨®n en Espa?a" dice Iglesias. "Estarnos en unas condiciones muy malas".
Tomar decisiones pol¨ªticas'
Si, en la Uni¨®n Europea (UE), Francia, Alemania o cualquier otro pa¨ªs propusieran suspender el riego de n cultivo determinado, ?c¨®mo podr¨ªan los representantes espa?oles defender sus razones si creen que la medida afectar¨ªa negativamente a la producci¨®n agr¨ªcola del pa¨ªs? "Dif¨ªcilmente un gestor o un pol¨ªtico en Espa?a pueden intervenir en estas d¨¦ cisiones sin investigaciones de base para sustentarlas, ?Con qu¨¦ autoridad. se puede argumentar, por ejemplo, que en las condiciones espa?olas hay que regar el cultivo en cuesti¨®n?", se pregunta Ana Iglesias, del Instituto Nacional de Investigaci¨®n Agraria. De su experiencia en Estados Unidos, recuerda que all¨ª, como en la UE, los pol¨ªticos se asesoran y utilizan intensamente los resultados de investigaci¨®n. "El conocimiento se rentabiliza much¨ªsimo, pero en Espa?a mucha gente cree todav¨ªa que la investigaci¨®n es un pasatiempo, del cient¨ªfico, y si ha, pol¨ªticos que piensan as¨ª dice. Y est¨¢n a a vista cuestiones como el control de emisiones a la atm¨®sfera, el regad¨ªo o la contaminaci¨®n de acu¨ªferos.
"Los gestores, las instituciones y los Gobiernos est¨¢n forados a tomar decisiones, medioambienales ya hay acuerdos internacionales firmados, y se est¨¢n tomado medidas ante las implicaciones del poible cambio clim¨¢tico", dice Iglesias.
Ella afirma que su estudio sobre trigo y maiz, como indicadores de perspectivas de la agricultura en Espa?a, debe ampliarse y evaluar las alternativas del uso del suelo y las implicaciones econ¨®micas y sociales.
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