La delegaci¨®n de EE UU abandona Pek¨ªn sin solventar las diferencias comerciales
Estados Unidos y China se encuentran exactamente a seis d¨ªas del comienzo de a guerra comercial que podr¨ªa hipotecar r¨¢pido crecimiento de ese pa¨ªs asi¨¢tico y encarecer cientos de productos que los consumidores norteamericanos utilizan diariamente. El representante de comercio del Gobierno de Estados Unidos, Mickey Kantor, abandon¨® ayer Pek¨ªn sin haber logrado obtener avances en la negociaci¨®n entre ambos pa¨ªses sobre el derecho a la propiedad intelectual, que los productores chinos vienen violando de forma sistem¨¢tica desde hace a?os.
Mickey Kantor no pudo obtener siquiera, pese a haberlo solicitado, un compromiso de que la delegaci¨®n china se traslade a Washington esta semana para continuar las conversaciones. Kantor ha advertido que si no se llega a un acuerdo antes del s¨¢bado pr¨®ximo, Estados Unidos aplicar¨¢, como represalia, un 100% de aranceles sobre una amplia lista de productos chinos.Estados Unidos quiere que China ponga fin a la pirater¨ªa de sus software de computadoras, discos compactos y pel¨ªculas, que vende en el mercado asi¨¢tico con marcas norteamericanas, causando un grave da?o para los productores originales.
Al menos 29 super factor¨ªas instaladas en el sur de China est¨¢n dedicadas a la fabricaci¨®n de ese tipo de bienes. Seg¨²n: los norteamericanos, los chinos vendieron el a?o pasado 75 millones de discos compactos piratas con m¨²sica y marcas norteamericanas.
Precios a la baja
Mickey Kantor cont¨® a los periodistas que ¨¦l mismo ha encontrado en las calles de Pek¨ªn software norteamericanos, ilegalmente copiados por los chinos, a 100 d¨®lares la unidad, cuando el precio de los originales es de 10.000 d¨®lares. El representante de Comercio dijo que la pr¨¢ctica de la pirater¨ªa es tan extendida en China que los propios dirigentes del r¨¦gimen trabajan con marcas ilegalmente copiadas a Estados Unidos.
Esa producci¨®n, que ha ido constantemente en aumento en China en los ¨²ltimos a?os, le est¨¢ costando a los exportadores norteamericanos, seg¨²n Kantor, alrededor de 1.000 millones de d¨®lares de beneficios por sus ventas, fundamentalmente en los mercados asi¨¢ticos. El Gobierno chino se comprometi¨® ya hace dos a?os a acabar con esa actividad, Pero nunca aplic¨® las leyes que hab¨ªa anunciado.
Mickey Kantor asegur¨® que ahora el Gobierno norteamericano ha decidido poner fin a eso, y lo har¨¢ con el arma m¨¢s poderosa que tiene a su alcance, la Super 301, una ley que permite a la Administraci¨®n aplicar sanciones de forma indiscriminada contra productos del pa¨ªs al que se pretende castigar.
Todav¨ªa no se han anunciado los productos sobre los que recaer¨¢n sanciones, pero en una lista anterior de los bienes chinos m¨¢s vulnerables figuraban los productos electr¨®nicos, la ropa y los juguetes. S¨ª finalmente se cumple con las amenazas, los norteamericanos tendr¨¢n que pagar el doble por esos productos, muy habituales en las tiendas de este pa¨ªs.
China puede pagar un alto precio por una guerra comercial, ya que su econom¨ªa est¨¢ fuertemente ligada al acceso al mercado de Estados Unidos. Este pa¨ªs compr¨® casi 14.000 millones de d¨®lares del total de los 21.500 millones de d¨®lares de las ventas chinas al extranjero a lo largo de 1994. El d¨¦ficit comercial norteamericano con China el a?o pasado creci¨® hasta los 7.500 millones de d¨®lares, siendo superado ¨²nicamente por el de Jap¨®n, que es exactamente el doble.
Un aumento del 100% de los aranceles har¨ªa los productos chinos, atractivos ahora fundamentalmente por su precio, mucho menos competitivos, y podr¨ªa provocar una r¨¢pida ca¨ªda de las exportaciones de aquel pa¨ªs. Eso podr¨ªa tener consecuencias graves en una econom¨ªa que, como los tigres asi¨¢ticos del ¨¢rea, tiene gran dependencia del comercio. China ha anunciado, por su parte, que si se aplican sanciones contra su productos, responder¨¢ con medidas similares.
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