El cuarto juicio por la rotura de la presa de Tous comienza hoy con pol¨¦mica sobre qui¨¦n debe pagar a los peritos
El cuarto juicio de Tous est¨¢ llamado a comenzar hoy lunes. De acuerdo con la tradici¨®n, cada cierto tiempo se inicia una vista oral por la rotura de la presa de Tous, un hecho acaecido hace 12 a?os y medio. Tambi¨¦n seg¨²n la historia, estos juicios se supenden poco despu¨¦s o son anulados tras su celebraci¨®n. Pero en cada ocasi¨®n cambian los motivos del conflicto.El cuarto juicio tiene su propia pol¨¦mica, referida a qui¨¦n debe pagar a los peritos extranjeros. En cualquier caso, nadie puede aventurar c¨®mo se desarrollar¨¢ un juicio sobre unos hechos muy antiguos, con algunos de sus protagonistas ya fallecidos. Tres ingenieros ocupar¨¢n el banquillo, acusados de una imprudencia con resultado de muertes y da?os. Ellos aseguran que Tous cay¨® por una cat¨¢strofe natural.
El rito de hoy es viejo. En marzo del a?o 1987, en febrero de 1989 y en noviembre de 1993 se inici¨® una vista oral por la rotura de la presa. La primera vez fueron cuatro los ingenieros que ocuparon el banquillo. Dos a?os despu¨¦s los acusados eran cinco, pero en la tercera ocasi¨®n s¨®lo quedaban tres procesados.
Por cuarta vez, si nada lo impide, juristas y expertos en ingenier¨ªa debatir¨¢n. si la presa cay¨® por fuerza mayor -las intensas lluvias de octubre de 1982- o porque estaba mal construida.
La Justicia espa?ola observa con preocupaci¨®n el desarrollo de este cuarto juicio. Jam¨¢s un proceso hab¨ªa causado tanto desprestigio al funcionamiento de los tribunales espa?oles, en opini¨®n de algunos ministros, fiscales generales y miembros del Consejo General del Poder Judicial.
Otra especificidad del cuarto juicio es que la mayor¨ªa de los 35.000 damnificados se han acogido a las indemnizaciones que ofreci¨® el Gobierno para quienes abandonaran la v¨ªa judicial.
Unos 4.000 afectados por la cat¨¢strofe han rechazado la iniciativa gubernamental y siguen confiando en los magistrados. Tambi¨¦n han resistido el paso de los a?os a pesar del desastre judicial. Hoy, muchos de ellos mantendr¨¢n viva la llama de la reivindicaci¨®n y acudir¨¢n a la sala.
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