Muere el escritor y naturalista Gerald Durrell
El autor de 'Mi familia y otros animales' no consigue superar un trasplante de h¨ªgado
Gerald Durrell, el escritor brit¨¢nico cuya vida estuvo marcada por el amor a los animales salvajes, falleci¨® ayer en el hospital de Jersey, donde resid¨ªa, a los 70 a?os. Durrell, autor de Mi familia y otros animales, un raro ejemplar humano, naturalista y defensor del equilibrio de especies en el planeta antes de que el ecologismo fuera una moda asequible para el ciudadano medio, hab¨ªa sido sometido el a?o pasado a una delicada intervenci¨®n de trasplante de h¨ªgado. El escritor, cuya obra literaria ha sido muy difundida en Espa?a a trav¨¦s de numerosos t¨ªtulos, no consigui¨® remontar el bache.
Conocido internacionalmente por su obra Mi familia y otros animales, la verdadera pasi¨®n de Durrell fue siempre la vida salvaje, de la que intent¨® conservar una muestra para la posteridad, -acaso convencido de que el tiempo de las especies est¨¢ contado-, en el Zoo de Jersey que inaugur¨® en la isla de Jersey en 1959.Su segunda esposa, Lee Durrell, y el director del zoo, Jeremy Mallinson, acompa?aron a Gerald Durrell en sus ¨²ltimos momentos, en el hospital general de la isla de Jersey. Simon Hicks, secretario de la Fundaci¨®n para la Preservaci¨®n de la Vida Salvaje, creada por Durrell, confirm¨® a los periodistas que el escritor no hab¨ªa logrado recuperarse del trasplante.
Sin fanatismo
Nacido en Jamshedpur, India, donde su padre estaba destacado, Durrell creci¨® en el para¨ªso natural de la isla de Corf¨², adonde se traslad¨®. su familia tras fallecer su padre. En Corf¨² experiment¨® por primera vez la pasi¨®n por la naturaleza y los animales. Una pasi¨®n que nunca lleg¨® al fanatismo. Durrell amaba la naturaleza y la diversidad de especies animales, pero nunca se priv¨® de comer carne y consideraba aceptable la caza, siempre y cuando se mantuviera un control sobre ella que impidiera la extinci¨®n de las especies.
A su regreso al Reino Unido, Durrell trabaj¨® como cuidador en el Zoo de Whipsnade. A los 21 a?os se decidi¨® a dar un paso m¨¢s y se lanz¨® a organizar una serie de expediciones a Camer¨²n, Guyana, m¨¢s tarde Argentina y Paraguay.
Fue su hermano mayor, el escritor Lawrence Durrell, la primera persona en sugerirle que trasladara al papel esta pasi¨®n temprana por los animales. As¨ª surgieron las primeras de las m¨¢s de 40 obras publicadas por Gerald Durrell -todas ellas con un leitmotiv animal- y traducidas a m¨¢s de 30 idiomas.
Durrell nunca fue, sin embargo, una persona dogm¨¢tica y su defensa de la naturaleza y del equilibrio de los seres vivos jam¨¢s estuvo marcado por el fanatismo. Acaso su proverbial sentido del humor ingl¨¦s facilitaba el acercamiento al lector y hac¨ªa m¨¢s ligera la digesti¨®n de su doctrina conservacionista.
En una entrevista publicada en EL PA?S, Durrell mostraba su preocupaci¨®n por las agresivas t¨¦cnicas agr¨ªcolas que han arrasado los paisajes naturales de numerosos pa¨ªses de ?frica. "En lugares como Etiop¨ªa y Sud¨¢n, por ejemplo, la mala agricultura es un problema grav¨ªsimo. Yo les dir¨ªa a los gobernantes de esos pa¨ªses ?Por qu¨¦ en vez de empe?arse en que sus ciudadanos sean buenos marxistas no les ense?an ustedes a ser buenos agricultores?".
En una ¨¦poca en la que la palabra fama est¨¢ indefectiblemente ligada a la imagen, fueron las series de televisi¨®n para la cadena privada Channel 4, presentadas y producidas por el propio Durrell, las que le convirtieron en un icono del conservacionismo. Con El naturista aficionado y Durrell en Rusia, audiencias millonarias en todo el mundo se familiarizaron con la naturaleza salvaje.
Pero no termin¨®, ah¨ª su dedi caci¨®n a las especies animales En 1976, Durrell puso en marcha una min?universidad junto a su zoo, donde ofrec¨ªa entrenamiento y ense?anzas pr¨¢cticas sobre la vida animal a los cient¨ªficos y entusiastas del conservacionismo que ven¨ªan de cualquier parte del mundo, con objeto de que pudieran utilizar sus ense?anzas de regreso en sus pa¨ªses de origen. M¨¢s de 700 estudiantes de 80 pa¨ªses recibieron clases en tan peculiar universidad.
Babelia
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