El Gobierno egipcio cree que la tumba hallada en el oasis de Siwa es la de Alejandro Magno
Arque¨®logos griegos han excavado en el lugar una gran sepultura maced¨®nica
La respuesta a uno de los grandes enigmas la arqueolog¨ªa, el emplazamiento de la a de Alejandro Magno, puede haber dado resuelto. El Gobierno egipcio, al s, parece convencido de ello. Como lo parece tambi¨¦n el equipo griego autor del hallazgo, junto al peque?o oasis de Siwa (a 750 kil¨®metros de El Cairo, cerca de la frontera libia), de un recinto funerario "t¨ªpicamente maced¨®nico" con una serie de inscripciones que, seg¨²n sus descubridores, testimonian que all¨ª fue enterrado el gran conquistador. El responsable de la Organizaci¨®n Egipcia de Antig¨¹edades, Abdel-Halim Nured¨ªn, ha afirmado tras visitar la excavaci¨®n: "Creo que podemos decir que la tumba de Alejandro est¨¢ ah¨ª"
Una misi¨®n arqueol¨®gica griega que trabaja desde hace cuatro a?os en Siwa, bajo la direcci¨®n de Iliana Sufaletzi, es la responsable del hallazgo, a 25 kil¨®metros al sur de la localidad. La tumba, seg¨²n el equipo, tiene 51 metros de largo y un corredor de 35 metros de largo y 7 de ancho que conduce a tres c¨¢maras funerarias. En la entrada hay dos estatuas de leones, "inequ¨ªvocamente" de periodo maced¨®nico. La tumba es semejante, se?alan, a las de la necr¨®polis de Vergina, al norte de Grecia, entre las que se cuenta la de Filipo II, el padre de Alejandro. Las inscripciones, en la tumba de Siwa, "encargada por Ptolomeo", general de Alejandro, rezan, seg¨²n los arque¨®logos griegos: "Para Alejandro presento las ofrendas". "He tra¨ªdo aqu¨ª el cad¨¢ver, liviano como si fuera un escudo peque?o. Cuando fui comandante de Egipto, yo fui siempre su confidente y ejecutor de su testamento".
Or¨¢culo de Am¨®n
La zona de Siwa es un gran yacimiento arqueol¨®gico con diferentes restos que van desde el paleol¨ªtico hasta la ¨¦poca isl¨¢mica, incluida una fortaleza medieval. Los m¨¢s interesantes desde el punto de vista hist¨®rico son los que corresponden al Egipto far¨®nico y la ¨¦poca dorada del famoso or¨¢culo del dios Am¨®n. Existen dos templos del dios, ambos en Aghurmi, a cuatro kil¨®metros del centro del pueblo de Siwa; el del or¨¢culo est¨¢ construido sobre roca y se encuentra bastante deteriorado por su uso como vivienda desde hace siglos.
Las fuentes hist¨®ricas atestiguan la visita de Alejandro al or¨¢culo de Siwa y su fuerte relaci¨®n con el lugar, pero tambi¨¦n la inhumaci¨®n del rey en Alejandr¨ªa.
"Los persas se peleaban con los macedonios, porque quer¨ªan llevarse consigo a Alejandro y rendirle culto como Mitra. Los macedonios se opon¨ªan porque quer¨ªan trasladarlo a Macedonia". El relato del Pseudo Cal¨ªstenes (Vida y haza?as de Alejandro de Macedonia) da una idea de las pasiones que despert¨®, la elecci¨®n del lugar donde deb¨ªa descansar definitivamente de su agotadora carrera el joven conquistador que cambi¨® la faz del mundo. Hay que tener en cuenta que, afecto y veneraci¨®n aparte, el disponer de un cad¨¢ver tan magn¨ªfico como el del gran Alejandro pod¨ªa reportar enormes beneficios a cualquier ciudad.
Alejandro III de Macedonia, Alejandro Magno (Pella, 356 antes de Cristo-Babilonia, 323), falleci¨® a los 33 a?os despu¨¦s de un banquete y a causa del paludismo, seg¨²n unos especialistas, aunque otros citan una neumon¨ªa derivada de una herida de flecha. Ni los persas ni los macedonios consiguieron hacerse con el cuerpo, de su monarca. El que se llev¨® el gato al agua fue Ptolomeo, uno de los generales de Alejandro, que gobernaba la satrap¨ªa de Egipto. Instalado en un gran carro mortuorio, el cad¨¢ver fue lleva do en procesi¨®n desde Babilonia hasta Alejandr¨ªa, la ciudad fundada por el h¨¦roe griego en el 332. El propio Ptolomeo fue a recibir el cortejo a Palestina para acompa?arlo hasta su destino final. Seg¨²n algunas fuentes cl¨¢sicas, Alejandro, poco antes de morir, hab¨ªa ordenado a su amigo ¨ªntimo Aridaeus que se le enterrara en el peque?o y remoto oasis de Siwa. En Siwa se encontraba uno de los or¨¢culos m¨¢s c¨¦lebres del, mundo antiguo, el de Am¨®n, un dios identificado por los griegos con su Zeus. Alejan dro lo visit¨® en el 332 y fue saludado a su llegada por el sacerdote del culto como fara¨®n e hijo de Am¨®n, lo que le impresion¨® mucho y quiz¨¢ le decidiera a hacerse enterrar all¨ª, en Siwa. En todo caso, la antig¨¹e dad ofrece el relato de testigos que dicen haber visitado la tumba del rey en Alejandr¨ªa e incluso haber contemplado su momia. Entre esos testigos est¨¢ nada menos que Octavio (luego Augusto C¨¦sar).
Seg¨²n el egipt¨®logo catal¨¢n Josep Padr¨®, la noticia del hallazgo de la tumba de Alejandro en Siwa "tiene visos de verosimilitud". Padr¨®, que ha excavado en Heracle¨®polis Magna y Oxirrinco, conoce bien el trabajo del equipo griego, con el que contact¨® en 1991 en el congreso de egiptolog¨ªa de Tur¨ªn. "Ya entonces nos mostraron fotografias de estructuras helen¨ªsticas en Siwa. Para los lugare?os el lugar era tab¨², lo que parec¨ªa apuntar la memoria de que all¨ª estaba enterrado alguien importante". Padr¨® considera que la tradici¨®n hist¨®rica es "lo suficientemente ambigua" para que no sea descabellado pensar que la tumba de Alejandro pudiera estar en S¨ªwa. Otros arque¨®logos se han mostrado muy esc¨¦pticos ante la interpretaci¨®n del hallazgo. Consideran que el monumento descubierto puede ser un simple cenotafio (tumba conmemorativa, vac¨ªa) o la sepultura de cualquier Alejandro.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.