Rabin y Arafat acuerdan en El Cairo seguir adelante con el proceso de paz en Oriente Pr¨®ximo
"Una cumbre para salvar la paz", titulaban ayer algunos diarios egipcios, pero fue, en realidad, una cena. La reuni¨®n entre el presidente de Egipto, Hosni Mubarak, y sus tres invitados -el rey Hussein de Jordania, el l¨ªder palestino, Yasir Arafat, y el primer ministro israel¨ª, Isaac Rabin- empez¨® con el iftar, la comida con la que los musulmanes rompen su ayuno al final de la jornada de Ramad¨¢n. El ambiente era propicio y concluy¨® con un comunicado conjunto en que los l¨ªderes condenaron "el terror y la violencia en Oriente Pr¨®ximo y reafirmaron su compromiso para encarrilar las conversaciones de paz entre Israel y la Autoridad Nacional Palestina.
Las cinco horas de debates que consumi¨® el encuentro de El Cairo constituyeron un aviso claro de Israel hacia Damasco: el proceso de paz seguir¨¢ con Siria o sin ella. "Los cuatro l¨ªderes han alcanzado un acuerdo para reactivar el tramo palestino-israel¨ª de las negociaciones, y en. este sentido se celebrar¨¢ una reuni¨®n el pr¨®ximo lunes en El Cairo para discutir la cuesti¨®n de las elecciones palestinas", declar¨® el ministro egipcio de Asuntos Exteriores, AmrMusa, al t¨¦rmino de la reuni¨®n.La cita cairota fue la respuesta a las dos decenas de muertos, en su mayor¨ªa soldados israel¨ªes, v¨ªctimas el 20 de enero en Netanya de dos kamikazes islamistas, acci¨®n que provoc¨® el cierre de Gaza y de la CisJordania ocupada y dej¨® maltrecho el proceso de paz que ya estaba estancado.
Para mantenerle vivo, aunque sea con respiraci¨®n asistida, eran necesarias algunas iniciativas llamativas como la cumbre y, a¨²n m¨¢s sorprendente, la presencia de un jud¨ªo, Rabin, en una cena t¨ªpicamente musulmana a la que no asisti¨® el jefe de Estado del otro gran vecino ¨¢rabe que a¨²n no ha hecho las paces con Israel, Siria.
Cuando el grito ?Al¨¢ akbar! sali¨® de los alminares de las mezquitas qued¨® roto el ayuno y Rabin, que es un fumador empedernido, se atrevi¨® a encender su primer pitillo junt¨® con el rey Hussein, otro gran consumidor de tabaco. Mientras dura el ayuno, los musulmanes n¨® pueden comer ni beber.
El sirio Hafez el Assad no fue invitado para, seg¨²n el jefe de la diplomacia egipcia, Musa, "no ponerle en aprietos". Para Israel esta omisi¨®n tiene la ventaja de aislar a su vecino m¨¢s hostil cuyo presidente logr¨® celebrar una cumbre con Mubarak en diciembre en Alejandr¨ªa. El encuentro cairota es, seg¨²n el ministro de Sanidad israel¨ª, Efra¨ªn Sn¨¦, "una advertencia a los sirios para comunicarles que el proceso de paz seguir¨¢ avanzando con o sin ello".
"Combatientes sagrados"
Para la Yihad Isl¨¢mica, que revindic¨® el atentado de Netanya, la reuni¨®n cairota supone un espaldarazo a Rabin y a su Gobierno laborista "que se tambalea a causa de los golpes asestados por los combatientes sagrados" del islam. S u popularidad, desde luego, est¨¢ por los suelos hasta el punto si se celebrasen ahora elecciones las ganar¨ªan, seg¨²n los sondeos, sus adversarios de la derecha nacionalista del Likud.A cambio de compartir el iftar, Rabin ha dado a entender que har¨¢ algunos gestos. Su ministro de Polic¨ªa, Moshe Shahal, indic¨® ayer que aconsejar¨¢ el domingo al Gobierno un levantamiento progresivo del bloqueo al que est¨¢n sometidos los territorios palestinos, bloqueo consistente en dejar entrar primero en Israel a la "poblaci¨®n que no representa ning¨²n peligro para la seguridad", es decir a ancianos y mujeres.
La medida no resolver¨¢ la angustiosa situaci¨®n de las decenas de miles palestinos, que acud¨ªan diariamente. a su trabajo en el Estado de Israel y que desde hace dos semanas no pueden cruzar la frontera ni cobrar sus salarios.
Rabin dio su luz verde para retomar, el lunes pr¨®ximo, la negociaci¨®n interrumpida sobre las modalidades de elecci¨®n del Consejo de Autonom¨ªa palestina, embri¨®n de una c¨¢mara legislativa. Las conversaciones, mucho m¨¢s importantes, sobre la, retirada del Ej¨¦rcito israel¨ª de los centros urbanos de Cisjordania siguen, sin embargo, pendientes de la fijaci¨®n de una fecha por parte del Gobierno jud¨ªo. Y el repliegue israel¨ª debe preceder la celebraci¨®n de los comicios que llegaron a estar previstos para, mediados del a?o pasado.
A cambio de estos peque?os gestos el primer ministro laborista quiere que Arafat adopte una postura a¨²n m¨¢s en¨¦rgica en "su lucha contra el terrorismo que surge de los territorios que est¨¢n bajo su control".
Rabin estuvo a la defensiva en El Cairo. Sus interlocutores le reprocharon la proliferaci¨®n de asentamientos israel¨ªes en Cisjordania.
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