El dram¨¢tico retiro de dos abuelos
Dos ancianos estuvieron un par de a?os secuestrados por sus nietos en su propia casa
Una nota manuscrita de socorro redactada de forma tosca en un pedazo de papel fue la se?al de alarma. El viento la llev¨® desde una ventana del domicilio de dos ancianos desesperados hasta las manos del cura del casco viejo de Vitoria. Al desplegarla ley¨® un dram¨¢tico mensaje de auxilio. Valentina Clara P¨¦rez de Heredia, de 77 a?os, con artrosis generalizada, y Manuel Soloa Mart¨ªnez, de 82, casi inv¨¢lido e invidente, ambos con graves problemas de audici¨®n, viv¨ªan secuestrados en su propia casa a manos de su nieta y el compa?ero de ¨¦sta.Los dos hab¨ªan pasado dos largos a?os sufriendo agresiones f¨ªsicas y psicol¨®gicas, amenazas de muerte, hambre y robos continuados. El fiscal pide para los dos acusados, Amaya V., de 29 a?os de edad, y Jes¨²s F¨¦lix O., de 22, un total de 81 a?os de prisi¨®n.
"Ella era la mejor nieta del mundo hasta que apareci¨® ¨¦l", declar¨® Valentina a preguntas que el fiscal formul¨® ayer, en un tono m¨¢s alto de lo habitual, en la sala de vistas de la Audiencia Provincial de Vitoria. Los ancianos hab¨ªan criado a Amaya pr¨¢cticamente desde que naci¨®, debido a la muerte de su madre a los 33 a?os.
Seg¨²n la descripci¨®n que hizo ayer el ministerio p¨²blico, el infierno comenz¨® en enero de 1992, cuando Amaya conoci¨® a Jes¨²s F¨¦lix y ¨¦ste empez¨® a vivir en el domicilio de los abuelos. Las pensiones de ambos, de 56.000 y 74.000 pesetas, empezaron a desaparecer a principios de mes, hasta el punto de que ten¨ªan que pedir cr¨¦dito en las tiendas. Valentina y Manuel estaban amedrentados "por los continuos malos tratos f¨ªsicos y ps¨ªquicos". El d¨ªa 23 de agosto de 1993, dijo ayer el fiscal, Jes¨²s F¨¦lix golpe¨® a Valentina con manos y pies en todo el cuerpo, caus¨¢ndole lesiones que tardaron en curar 25 d¨ªas. A la mujer le ha quedado desde entonces una cicatriz de casi cinco cent¨ªmetros en la pierna.
"Antes me corto las manos que maltratar y robar a mis abuelos", dijo ayer Amaya en el transcurso de la vista oral. Su novio tambi¨¦n respondi¨® negativarnente a las acusaciones y s¨®lo reconoci¨® haber cogido "peque?as cantidades para vicios". Los asistentes sociales que en ocasiones ten¨ªan que ayudar a los ancianos a moverse, dentro y fuera de su domicilio, creen culpables a los dos a partes iguales.
A comienzos de 1994, la situaci¨®n era insostenible. Jes¨²s F¨¦lix amenazaba de muerte al anciano y le lleg¨® a colocar un cuchillo en el cuello para evitar que acudiera a la polic¨ªa. Tambi¨¦n ella le amenaz¨® con un cuchillo una vez y, finalmente, ambos cerraron el paso a los asistentes sociales de forma definitiva. Cuando el juez entr¨® en la casa, el 18 de febrero de 1994, el timbre del portal y el del piso no funcionaban y el tel¨¦fono estaba desconectado.
El listado de acusaciones por las que se procesa a los dos j¨®venes es largo: detenci¨®n ilegal, allanamiento de morada, 19 delitos de robo con intimidaci¨®n, un delito continuado de hurto, lesiones y tres de amenazas.
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