'La prueba del nueve' recopila la diversidad de la poes¨ªa espa?ola actual

Para amigos y enemigos de las antolog¨ªas po¨¦ticas se ha lanzado una nueva. La prueba del nueve (Ediciones C¨¢tedra) recoge, sin af¨¢n exhaustivo, un rostro diferente de la producci¨®n po¨¦tica espa?ola. Olvido Garc¨ªa Vald¨¦s, Miguel Su¨¢rez, Ildefonso Rodr¨ªguez, Miguel Casado, Concha Garc¨ªa, Juan Carlos Su?¨¦n, Jorge Riechmann, Esperanza L¨®pez Parada y Vicente Valero son los seleccionados por Antonio Ortega.

Para Jos¨¦ Manuel Caballero Bonald, que ofici¨® la presentaci¨®n junto a Francisco Fern¨¢ndez Buey en el C¨ªrculo de Bella! Artes, la antolog¨ªa es "una experiencia muy grata que viene a corroborar mi vieja idea de que la poes¨ªa es un hecho del lenguaje. En este sentido es muy ¨²til la labor de Antonio Ortega, uniendo estos cabos sueltos de la poes¨ªa espa?ola, cada uno distinto a los dem¨¢s pero que entre todos demuestran que existe una tradici¨®n continuada, aquella que tiene en el lenguaje su referencia, su raz¨®n de ser". La labor del ant¨®logo, siempre ingrata debe obedecer "exclusivamente a los dictados del gusto", en opini¨®n de Ortega. Si ¨¦stos adem¨¢s "se ven afirmados por unas obras que han merecido atenci¨®n cr¨ªtica y han mantenido una presencia reciente ante los lectores, no hay nada que a?adir".

La prueba del nueve es un t¨ªtulo al que no se le puede discutir originalidad, pero su virtud radica, para Juan Carlos Su?¨¦n, "en la dificultad, yo dir¨ªa imposibilidad, de extraer de ¨¦l ning¨²n adjetivo". Por otra parte, el nueve tambi¨¦n aparec¨ªa en Nueve nov¨ªsimos, la antolog¨ªa de Castellet que reuni¨®' a la ¨²ltima generaci¨®n establecida de la poes¨ªa espa?ola.

"En realidad, ¨¦sta es una antolog¨ªa de la diversidad, nunca quise hacer una antolog¨ªa contra nada, ni a favor de nada, si exceptuamos las obras de cada uno de ellos", afirma Ortega. Si quisi¨¦ramos buscar un nexo de uni¨®n tendr¨ªamos. que conformarnos con el inter¨¦s demostrado entre ellos por sus obras respectivas. No es un grupo, ni una escuela, ni defienden nada. Las diferencias se demuestran en la construcci¨®n del sujeto po¨¦tico "que recorre caminos muy distintos, desde el sujeto diluido de Ildefonso Rodr¨ªguez, el imprecativo de Su?¨¦n, o el meditativo de Esperanza L¨®pez Parada, todos se construyen sin ning¨²n a priori".

Entre las edades de los antologados existen diferencias que equivalen a un cambio de generaci¨®n (15 a?os), le, que tambi¨¦n descalifica la obra como generacional. Es una antolog¨ªa de maneras y voces, de estilos personales, no la foto de una promoci¨®n.