Ejecutivas por concurso

Ahora se le cae el pelo, no duerme por las noches y "una especie de sarampi¨®n", como dice ella, le ha salpicado la cara. Y, sin embargo, le compensa. Sara Pel¨¢ez, casada y con dos hijos, acaba de montar, junto a Yolanda Garc¨ªa, Keeping, SL, un negocio dedicado a las peque?as reparaciones del hogar.

El suyo fue uno de los 20 proyectos seleccionados en 1992 entre 200 solicitudes para la iniciativa Now, Formaci¨®n de emprendedoras. Un programa financiado con 60 millones por la Direcci¨®n General de la Mujer de la Comunidad de Madrid (55%) y el Fondo Social Europeo (45%), y cuyo promotor ha sido el Centro de Empleo Mujeres J¨®venes de Madrid. La idea se desarroll¨® entre 1992 y 1994 y la formaci¨®n en las artes empresariales consumi¨® ocho meses. Las 20 alumnas disfrutaban, adem¨¢s, de becas de transporte y guarder¨ªa si contaban con cargas familiares no compartidas. Al final han salido adelante nueve ideas, ocho de ellas en Madrid: una granja para la integraci¨®n de personas con minusval¨ªas, un estudio-taller de vestuarios, una empresa de t¨¦cnicas medioambientales, una cafeter¨ªa-pasteler¨ªa y boutique del pan, una librer¨ªa-taller, una sociedad para reparaciones dom¨¦sticas, una cl¨ªnica dedicada a los pies y una academia de idiomas.

La reci¨¦n nacida Keeping se dedica a las chapuzas: instalar una l¨¢mpara, colgar unos cuadros, cambiar una cerradura o arreglar una persiana. Entre sus proyectos est¨¢, adem¨¢s, ofrecer un servicio para las vacaciones (retirada de correspondencia, revisi¨®n de la vivienda o cuidado de animales y plantas). "Se me ocurri¨® la idea por propia necesidad porque mi marido tampoco es un manitas", explica la nueva empresaria. Ella no se ha librado de sufrir todos los ataques que recibe todo aquel que pretende montar una empresa. S¨®lo para bautizarla tuvo que hacer 14 viajes al registro.Teresa D¨ªaz reconoce que su idea no es de lo m¨¢s original (una escuela de idiomas), "pero ten¨ªa la experiencia profesional y acad¨¦mica necesaria". A esta joven mujer de gafas redondas, los dos a?os de calentamiento de motores le sirvieron "para no navegar en el vac¨ªo". Ella y su socia Marisa Gonz¨¢lez no buscaban un diploma, sino llevar sus vidas por un determinado camino. Ya han conseguido 200 alumnos.

Una de las cosas que ha aprendido Carmen Felipe, de 32 a?os, es a adaptarse: "Estaba muy obsesionada con lo que quer¨ªa hacer". Al final, la realidad del mercado le ha obligado a desviar el rumbo de su negocio, dedicado, en un principio, al vestuario de espect¨¢culos, y que ahora tambi¨¦n dise?a ropa para ceremonias como bodas y bautizos.