IBM dispensa de traje y corbata a sus empleados en EE UU

Revoluci¨®n en el mundo empresarial estadounidense: IBM, monstruo sagrado de la inform¨¢tica, abandona el traje con corbata. En la costa Oeste, anunciar tal iniciativa har¨ªa sonreir. En San Francisco o Seattle, hace mucho que la moda casual, o sea el estilo deportivo de fin de semana invadi¨® la industria de alta tecnolog¨ªa. Pero en el Este, m¨¢s tradicional, la noticia ha conmocionado.Los empleados no se lo han hecho repetir. Bast¨® una comunicaci¨®n oral -transmitida por los jefes de departamento a iniciativa de Louis Gerstner, el anticonformista directivo de IBM- y la central de la empresa en Armonk (Nueva York), con 800 trabajadores, parece ya una colonia de vacaciones. "S¨ª, esto ha cambiado", confesaba el pasado mi¨¦rcoles un portavoz de la compa?¨ªa, Tom Beermann, "la vestimenta es mucho m¨¢s desenfadada", pero, a?ad¨ªa, "por lo menos, van correctos". Mujeres con pantal¨®n y hombres sin corbata, quiz¨¢: pero vaqueros rotos, eso no. La iniciativa, se explica en IBM, "responde a indicaciones, de los empleados sobre sus preferencias indumentarias, simplemente se les ha hecho saber que, si ello conven¨ªa a sus actividades de la jornada, pod¨ªan vestirse de modo menos formal".

En una empresa de costumbres tan estrictas que un jurista que fue a trabajar con mocasines recuerda que se gan¨® una reprimenda por haberse "dejado puestas las zapatillas", la innovaci¨®n puede ser percibida desde fuera como una reorientaci¨®n estrat¨¦gica. Sin embargo, se extra?a Beerman, "nunca tuvimos c¨®digo indumentario propiamente dicho". Algunos dicen que el viento cambi¨® al llegar al poder Gestner, hace dos a?os, con camisas a rayas. IBM se ha rendido por fin a la evidencia: en todo el pa¨ªs e incluso en Wall Street se ha ablandado la forma de vestir en el trabajo.

Un economista de Texas, Daniel Hamermesh, autor de estudios que afirman que, cuanto m¨¢s cuidan su aspecto los trabajadores m¨¢s dinero ganan, piensa que la generalizaci¨®n del estilo deportivo podr¨ªa ser el factor igualitario de los a?os 90. "A medida: que la tecnolog¨ªa de la comunicaci¨®n progresa, evoluciona el concepto del lugar de trabajo y la forma de vestir pierde importancia", se?ala Arthur Hoey, arquitecto e inform¨¢tico. Pero Gestner no lleva la audacia al punto de aplicarse la revoluci¨®n a s¨ª mismo: el contacto diario con los clientes de IBM le impone, explica, seguir trajeado.

Le Monde / EL PA?S.