Marcando las diferencias
Defensa. El Logro?¨¦s, hasta que recibi¨® el primer gol, dio pocas posibilidades al Real Madrid. Muy bien colocado en defensa. Realizando un esfuerzo grand¨ªsimo. Luchando por cada bal¨®n. Todo se le vino abajo en la primera jugada en que lleg¨® el Madrid con peligro a su porter¨ªa. Un solo despiste les hizo cambiar a los hombres del Logro?¨¦s todo el planteamiento inicial. El Real Madrid control¨® siempre el ritmo del partido. Los componentes de su defensa manejaban el bal¨®n con soltura. No sufrieron agobios importantes mientras estuvieron concentrados en el partidO. Los ¨²ltimos minutos del encuentro bajaron el list¨®n y dejaron llegar al Logro?¨¦s en varias ocasiones, entre ellas el descuido de Lasa en el gol. Pero ya era muy tarde.
Ataque. El Real Madrid tuvo problemas de llegada al principio. No consegu¨ªa inquietar a Ochotorena. En una jugada abri¨® la puerta de los goles. A partir de ese momento cada vez que robaba la pelota fabricaba una ocasi¨®n de peligro. La velocidad de sus componentes y sobre todo la verticalidad de casi todas sus jugadas consiguieron que sus contrarios no tuvieran capacidad de reacci¨®n. El Logro?¨¦s s¨®lo coloc¨® en punta a Silvio. ?l deb¨ªa luchar con los defensas madridistas. Un poco m¨¢s atr¨¢s se encontraban sus compa?eros, que casi nunca enlazaban jugadas que el brasile?o pudiera aprovechar. S¨®lo Lasa le concedi¨® el pase decisivo para romper la imbatibilidad de Buyo.
El primer gol. Cuando un equipo est¨¢ bien ordenado en defensa, cuando se necesita mucha precisi¨®n en los pases porque el terreno est¨¢ irregular, cuando se intenta de todas las maneras y no se consigue de ninguna, hay que inventarse algo nuevo en cada ,jugada hasta dar con la soluci¨®n. El Real Madrid lo hab¨ªa intentado por las bandas y por el centro. Pero hasta entonces no hab¨ªa colgado ning¨²n bal¨®n al ¨¢rea de Ochotorena. Fue Amavisca el primero en intentarlo. Zamorano lo persigui¨®. El chileno consigui¨® abrir algo, que sin duda con el paso de los minutos, se hubiera puesto m¨¢s dif¨ªcil. Desde ese instante el partido fue otro y de sentido ¨²nico para los madridistas.
Seguir. El marcar el primer gol no significa ganar el partido. Los jugadores del Real Madrid lo sab¨ªan. No cambiaron su juego. Siguieron con las mismas intenciones. No se conformaron. No dieron opci¨®n a que el Logro?¨¦s reaccionara. No se dejaron influir por los resultados habidos minutos antes. En ning¨²n momento jugaron a mantener el resultado. Para ellos la mejor manera de controlar el partido fue jugar al ataque. Era la demostraci¨®n de respeto a los espectadores, y, sobre todo, a su rival.
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