Cinco en una balsa

Interesado desde su etapa como guionistas por las historias policiacas en sus m¨¢s variadas formas, el norteamericano Curtis Hanson ha dirigido cinco pel¨ªculas, las ¨²ltimas y mejores pertenecientes a este g¨¦nero. La mejor es Falso testigo (1986), la ¨²nica de las realizadas por ¨¦l que tambi¨¦n tiene gui¨®n suyo, y la m¨¢s popular, la irregular La mano que mece la cuna (1993).Con R¨ªo salvaje vuelve a sus narraciones policiacas, pero en una modalidad un tanto ecol¨®gica y familiar, para conseguir un producto bien hecho, con algunos momentos interesantes, que gira en torno a una situaci¨®n ¨²nica que se repite una y otra vez y llega a resultar mon¨®tona y demasiado larga.

Sin la menor relaci¨®n con la obra maestra rodada en 1960 por Elia Kazan, titulada en ingl¨¦s Wild river y en castellano R¨ªo salvaje, narra c¨®mo un mal avenido matrimonio y su hijo peque?o deciden pasar unas vacaciones descendiendo un peligroso r¨ªo en una balsa, pero pronto son abordados por unos sanguinarios piratas de agua dulce.

En medio de unos magn¨ªficos paisajes, dentro de un ecol¨®gico canto a la naturaleza, la protagonista demuestra una y otra vez sus habilidades como navegante al tiempo que su ingenio para enfrentarse a los malvados. Sin embargo, ¨¦ste no es uno de los grandes papeles de Meriyl Streep, ni de ninguno de sus compa?eros de reparto, el trabajo duro lo reatizan los 22 especialistas al mando del director de la segunda unidad Max Kleven.

Falsas pistas

A pesar de los bien conjuntados esfuerzos de todo el equipo, llega un momento en que el r¨ªo comienza a resultar interminable, la imaginaci¨®n del guionista se limita a crear falsas pistas que no llevan a ninguna parte, el director no tiene m¨¢s remedio que repetir una y otra vez las limitadas posiciones de c¨¢mara dentro de la balsa y da igual lo que les ocurra a sus demasiado norteamericanos ocupantes.Mejor guionista que realizador, Curtis Hanson deber¨ªa preocuparse de rodar sus m¨¢s s¨®lidos guiones si no quiere que su carrera como director, al igual que muchos de sus compa?eros de generaci¨®n, se pierda por el camino de la mediocridad. Lo mismo que le ocurre a la mayor¨ªa del actual, cine norteamericano, la pel¨ªcula R¨ªo salvaje es una complicada producci¨®n, con una enorme parafernalia a su alrededor, pero con una evidente desproporci¨®n entre lo que encierra y su envoltorio, donde brilla con fuerza propia la inspirada m¨²sica del veterano Jerry Goldsmith.