Polic¨ªas municipales y dignidad
Los polic¨ªas municipales nos sentimos ¨²ltimamente muy molestos con ciertas emisiones de televisi¨®n. Y razones creo que no nos faltan: las series que las distintas cadenas, especialmente una de ellas, est¨¢n poniendo de moda vapulean nuestra dignidad despiadadamente con personajes de sainete que ofrecen una imagen cutre y pat¨¦tica de la profesi¨®n policial.No me tendr¨ªa por buen portavoz del cuerpo si no aprovechase este momento de crispaci¨®n para canalizar las muchas protestas que me hacen llegar mis compa?eros, alguno de ellos tan impaciente que anda llamando an¨®nimamente a secciones de peri¨®dicos que recogen las quejas de los ciudadanos para protestar por la "colaboraci¨®n que la jefatura presta a alguna de esas series". Opini¨®n que contrasta con 'la que tiene el director de una de ellas, que nos acusa de ejercer la "censura". por el simple hecho de mostrar nuestro malestar, asegurarnos del correcto uso de nuestros distintivos y tratar de ampararnos en el derecho al honor y la propia imagen, que, para la jurisprudencia, en el caso de las instituciones se convertir¨ªa en derecho a la dignidad.
En el cruce de caminos de estas dos posturas antag¨®nicas se encuentra la realidad, que no es otra que, como destacada garante de los derechos y libertades, por, mandato constitucional, la polic¨ªa debe velar por todos ellos: tanto por la libertad de expresi¨®n, colaborando como siempre ha sido nuestra norma con los medios de comunicaci¨®n, comer por el ya citado al honor, m¨¢s cuando del nuestro propio se trata.
Bien es verdad que personajes como el sargento Romerales y su compa?era abrigan, en el fondo el esp¨ªritu del polic¨ªa de barrio cercano al ciudadano y presente en cualquier situaci¨®n de inseguridad en la farmacia y alrededores, y ¨¦ste es un detalle que no deber¨ªan olvidar quienes se llevan las manos a la cabeza cuando se cargan las tintas en ese car¨¢cter ingenuo y palurdo del famoso personaje. Pero es que ¨²ltimamente, adem¨¢s de obligarles a labores tan degradantes para un polic¨ªa como ir recogiendo "las caquitas de los perros", se incluye un nuevo personaje bobalic¨®n, llamado Eusebio, que se hace realmente odioso, aunque -todo hay que decirlo- al final reconoce no valer para la profesi¨®n. Y para colmo, quienes vieron ese cap¨ªtulo si al final cambiaron de canal pudieron ver una pel¨ªcula llamada Mala hierba, en la que se ridiculizaba una vez m¨¢s la figura del sufrido "guardia municipal".
Caso aparte es el del otro sujeto que causa estragos en la teleserie ?Qui¨¦n da la vez?, de la misma cadena. El tal M¨¢rciano -una caricatura de polic¨ªa corrupto y mafioso- es el que ha colmado el vaso de la paciencia.
Y es que los polic¨ªas municipales ya estamos hartos de que en el cine se nos trate con tanta frivolidad. De acuerdo que en todos los pa¨ªses se critica a la polic¨ªa en las pel¨ªculas y que en el nuestro tambi¨¦n salen mal parados en ocasiones otros cuerpos de seguridad, pero al menos a veces se les saca en papeles serios y desempe?ando adecuadamente su trabajo. La diferencia es que jam¨¢s ha sido tratada con seriedad. nuestra labor. Siempre hemos sido las comparsas en cuantas zarzuelas, obras teatrales, largometrajes y series televisivas se han realizado en Espa?a. Y eso no s¨®lo causa pena, sino que cuando se tiene que trabajar en la calle, cumpliendo una labor tan importante como es la salvaguardia de la seguridad ciudadana, y esa gente ve minado con esas series populares su respeto hacia las instituciones, el trabajo, a veces, se tiene muy crudo.- Oficial jefe de Relaciones Externas del Cuerpo de Polic¨ªa Municipal.
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