Chirac empieza su carrera hacia el El¨ªseo con un ataque frontal al "inmovilismo" de Balladur
Jacques Chirac se jug¨® ayer sus posibilidades de alcanzar la presidencia de Francia con un espectacular mitin en el que se situ¨® claramente a la izquierda del otro candidato gaullista, el a¨²n favorito y actual primer ministro, ?douard Balladur. A todo o nada. Chirac, rezagado en los sondeos, apost¨® por un programa social basado en la lucha contra el desempleo y la igualdad de oportunidades.Los ejes de su campa?a quedaron claros: contra el "inmovilismo" de Balladur y la "deriva mon¨¢rquica de las instituciones republicanas", el alcalde de Par¨ªs propuso un cambio radical.
Jacques Chirac, capaz de concitar devociones casi m¨ªsticas y odios profundos, se arrop¨® con casi 10.000 de sus fieles para presentar su programa presidencial. A diferencia del primer mitin de Balladur, m¨¢s parecido a un t¨¦ muy concurrido que a un acto pol¨ªtico, el de Chirac fue un mitin pasional. Y a diferencia de Balladur, que predic¨® la reforma suave y defendi¨® su propio balance tras casi dos a?os como primer ministro, el alcalde de Par¨ªs proclam¨® la necesidad de reformas dr¨¢sticas en una "Francia que no funciona" y "ha dejado de reconocerse en su propia imagen".Todos sus asesores coincid¨ªan, antes del mitin program¨¢tico, en que no habr¨ªa m¨¢s posibilidades de remontar el vuelo. Fall¨® su prematuro arranque de campa?a, fall¨® su acto de unci¨®n por la Reagrupaci¨®n para la Rep¨²blica (RPR, el partido gaullista) y, hasta ayer, hab¨ªan fallado todos los intentos de recortar la ventaja de Balladur en los sondeos.
El gran mitin de Par¨ªs era la ¨²ltima oportunidad de ganarse la atenci¨®n del electorado. Y Chirac, que ya hab¨ªa mostrado intenciones de hacerse un hueco en el electorado progresista, apost¨® decididamente por la izquierda. La t¨¢ctica de su campa?a consistir¨¢ en enfrentarse directamente a uno de sus rivales, su antiguo amigo ?douard Balladur, con las armas de su otro rival, el socialista Lionel Jospin.
Donde Balladur, en su mitin, se rode¨® de luces anaranjadas y de diez ministros, componiendo la imagen del poder, Chirac se rode¨® de un coro de chicas negras y de una multitud entusiasta. "Los franceses est¨¢n angustiados", afirm¨®, "la seguridad en el ma?ana se ha convertido en un privilegio", y eso "porque una casta replegada sobre s¨ª misma monopoliza el poder" y "porque se han olvidado los valores fundacionales de la V Rep¨²blica: la integraci¨®n, la tolerancia, la igualdad de derechos y oportunidades, que no son valores de izquierda ni de derecha", dijo, "sino las bases de nuestro modelo social".
Como propuesta m¨¢s innovadora, lanz¨® la idea de un contrato especial para los parados de larga duraci¨®n, que estar¨ªa libre de cargas sociales y. fiscales y ser¨ªa subvencionado durante un cierto per¨ªodo. Tambi¨¦n propuso una gran auditor¨ªa de las cuentas p¨²blicas, dirigida por el Parlamento. "Las finanzas deben estar al servicio del empleo", se?al¨®, "y no al rev¨¦s".
El "capital especulativo"
Por si no quedaban las cosas claras, lanz¨® una diatriba contra el "capital especulativo" y contra quienes se escudaban en "las limitaciones impuestas por la competencia internacional" para justificar su inacci¨®n, en una referencia m¨¢s a Balladur, al que no mencion¨® en ning¨²n momento.
Jacques Chirac, infatigable perdedor en tres elecciones presidenciales (1974, ya en la primera vuelta; 1981 y 1988), ideol¨®gicamente vol¨¢til y humanamente entra?able, dos veces primer ministro y llama viva del gaullismo durante los 14 a?os de mandato de Fran?ois Mitterrand, procur¨® subrayar continuamente el defecto generalmente atribuido a Balladur: la falta de coraje. El propio primer ministro tuvo que defenderse, en su mitin del d¨ªa anterior, contra su imagen de pasividad, admitiendo con ello que las cr¨ªticas de sus rivales empezaban a herirle.
Adem¨¢s de Jacques Chirac y del socialista Lionel Jospin, una cara nueva bien acogida de momento por el electorado, a Balladur le puede surgir alg¨²n otro rival da?ino desde las filas del centrismo. El ex presidente Val¨¦ry Giscard d'Estaing a¨²n no ha dicho si se presentar¨¢ o no a las elecciones, pero ayer public¨® un art¨ªculo dur¨ªsimo contra el primer ministro en el que aseguraba, refiri¨¦ndose a Balladur, que "los franceses no respetan a quienes les siguen en lugar de conducirles".
Raymond Barre se mantiene tambi¨¦n como inc¨®gnita. Uno y otro, especialmente Barre, podr¨ªan arrebatarle a Balladur una porci¨®n de su electorado centrista.
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