El mercado del 'crack' origina de una epidemia e homicidios por adolescentes en EE UU
Soci¨®logos y crimin¨®logos temen un ba?o de sangre en los pr¨®ximos 10 a?os
ENVIADA ESPECIAL Los homicidas en Estados Unidos son cada vez m¨¢s j¨®venes y marginados, y sus v¨ªctimas tambi¨¦n. La escalada de homicidios por arma de fuego realizados por adoescentes en EE UU tuvo su origen en el nacimiento del mercado del crack en 1985, seg¨²n la hip¨®tesis m¨¢s contrastada expuesta en la reuni¨®n anual de la Asociaci¨®n Americana para el Avance de la Ciencia (AAAS). Esta epidemia, seg¨²n los expertos m¨¢s pesimistas, no ha tocado techo y lo har¨¢ durante los pr¨®ximos 10 a?os en un verdadero ba?o de sangre.
La tasa de homicidios realizados por j¨®venes de menos de 18 a?os se ha duplicado desde 1985 en EE UU, lo mismo que los homicidios realizados con armas de fuego y los arrestos de adolescentes no blancos por asuntos de drogas. El estudio de estas coincidencias lleva a Alfred Blumstein, de la Universidad Carnegie-Mellon, a asegurar que la apertura del mercado de la coca¨ªna en forma de crack en 1985 fue el detonante de la epidemia de homicidios. "El crack se compra para su uso inmediato. Eso significa muchas m¨¢s transacciones y llev¨® al reclutamiento de muchos j¨®venes negros a los que se les proporcionaron pistolas como instrumento de trabajo. Esta masiva difusi¨®n de pistolas entre los j¨®venes ha llevado a su uso en asuntos m¨¢s cotidianos, como las peleas entre pandillas".Douglas Lee Eckberg, de la Universidad Winthrop, se opone, sin embargo, al t¨¦rmino epidemia. Seg¨²n ¨¦l, la violencia total en la sociedad estadounidense no ha aumentado desde los a?os sesenta. Tampoco ha aumentado m¨¢s que muy ligeramente la probabilidad de morir violentamente por ser negro. Lo que s¨ª ha crecido y es verdaderamente una epidemia es la incorporaci¨®n de los hombres negros entre los 15 y los 19 a?os a los homicidios.
Familias rotas
"Lo peor est¨¢ por venir", afirma, por su parte, James Alan Fox, crimin¨®logo. Sus datos indican que los adolescentes, antes no considerados como asesinos en la criminolog¨ªa, constituyen el grueso de las nuevas incorporaciones a estos delitos, y que los j¨®venes negros entre los 14 y los 24 a?os (el 1,4% de la poblaci¨®n total) son tambi¨¦n los que sufren m¨¢s la epidemia, ya que constituyen el 18% de las v¨ªctimas. Fox recuerda que la poblaci¨®n adolescente en grupos raciales es la que m¨¢s est¨¢ aumentando (lo har¨¢ un 23% hasta al a?o 2005, y entre los hisp¨¢nicos este aumento ser¨¢ mucho mayor, de un 50%) y pronostica un ba?o de sangre en los pr¨®ximos 10 a?os si no se toman medidas eficaces. Como otros expertos, no se resiste a analizar las ' causas de este problema: "El 50% de los ni?os vive sin supervisi¨®n, adecuada, por ser hijos de familias rotas o trabajar sus padres fuera de casa sin tiempo para cuidarlos".
Los programas de intercambio de armas por dinero o por otros incentivos, incluidos los religiosos y los sexuales, tambi¨¦n han sido analizados en la reuni¨®n de la AAAS. La conclusi¨®n de Richard Rosenfeld, de la Universidad de Missouri, en St. Louis, es que no resultan eficaces para hacer disminuir las tasas de homicidios en las comunidades en que se han realizado. "Los veo m¨¢s como un factor de autoafirmaci¨®n de la comunidad, que necesita recordarse a s¨ª misma que existe, y como tal son interesantes", afirma.
Detr¨¢s d¨¦ cada homicidio hay un autor, una v¨ªctima y un motivo, y todo ello da lugar a unos patrones aceptados tradicionalmente que se han roto parcialmente en esta epidemia. Esto es 1-0 que ha estudiado Scott Decker, tambi¨¦n en St. Louis, una ciudad con una elevada tasa de homicidios. Lo que ha visto es que muchos de estos sucesos, nada menos que un 40% en un periodo de cinco a?os, no se ajustaron a la clasificaci¨®n de dom¨¦sticos por motivos emocionales o los que tienen lugar entre extra?os con un fin material como el robo. En el 19% de los homicidios entre personas muy relacionadas entre s¨ª (como el caso de familiares) el motivo fue material, como dinero o drogas. Una pelea entre hermanos por deudas o drogas lleva ahora m¨¢s f¨¢cilmente al homicidio. Y tambi¨¦n se ha visto que entre personas que mantienen una relaci¨®n secundaria o son desconocidos, nada menos que un 46% de los homicidios tuvo motivos emocionales. Es el caso de las violaciones o el ataque a extra?os por pandillas. Todo ello est¨¢ relacionado, seg¨²n este experto, con cambios en la vida urbana y tambi¨¦n con la edad de los homicidas.
Los analistas del fen¨®meno no dudan sobre las posibles soluciones: hacer cumplir la ley, vigilar mejor el mercado ilegal de armas, requisar las que est¨¦n en manos de adolescentes y acotar el mercado de drogas. Pero tampoco dudan en se?alar como fondo un creciente problema de socializaci¨®n relacionado con el fracaso parcial de la estructura familiar y la integraci¨®n racial, que da lugar al crecimiento de una cultura de oposici¨®n a la sociedad.
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