"La ciencia apuntalar¨¢ la religi¨®n"
Cat¨®lico creyente y antiguo consejero de Pablo VI, quien le permiti¨® ser uno de los pocos laicos que participaron en el Concilio Vaticano II, este pensador nacido en Saint-?tienne, a orillas del Loira, emplea no obstante conocimientos obtenidos a partir de las leyes naturales. Llama metarrealismo a, su m¨¦todo para estudiar los fen¨®menos del universo de forma espiritual y al mismo tiempo cient¨ªfica. Pero, al contrario que la mayor¨ªa de sus colegas, que interpretan los hechos cosmol¨®gicos de forma atea, Guitton cree que tras las circunstancias f¨ªsico-matem¨¢ticas act¨²a un creador omnipresente Guitton ha publicado numerosas obras filos¨®ficas y sobre la religi¨®n; entre ellas, en 1991, una conversaci¨®n con astrof¨ªsicos bajo el t¨ªtulo Dios y la ciencia. S¨®lo en Francia alcanz¨® una tirada de casi 500.000 ejemplares.Pregunta. El presidente franc¨¦s, Fran?ois Mitterrand, gravemente enfermo de c¨¢ncer, subi¨® a su piso...
Respuesta. Conozco a Mitterand desde hace 50 a?os y he filosofado frecuentemente con ¨¦l. Me considera un experto en cuestiones de la muerte y vino como alguien que tiene dolor de muelas y busca a un dentista. No s¨¦ si le gust¨® lo que le dije; pero le admiro por cumplir inflexiblemente sus obligaciones oficiales a pesar de su sufrimiento. En su estado, yo no ser¨ªa capaz de gobernar ni una aldea.
P. Mitterrand fue educado por los jesuitas. ?C¨®mo era de joven?
R. De estudiante, Mitterrand era miembro de la Congregaci¨®n de San Vicente de Pa¨²l, una asociaci¨®n de j¨®venes que proporcionaba vales para pan y carb¨®n a enfermos, pobres y marginados. Entonces, igual que ahora, sent¨ªa compasi¨®n por las personas que se encuentran al margen de la sociedad. ?se era ya el rasgo socialista de su car¨¢cter, y toda su vida permaneci¨® fiel a ese cristianismo social.
P. ?Pod¨ªa verdaderamente esperar algo el jefe de Estado cuando le visit¨®? ?Qu¨¦ conclusiones ha sacado el fil¨®sofo Jean Guitton sobre el llamado m¨¢s all¨¢?
R. Sobre el m¨¢s all¨¢ no s¨¦ ni m¨¢s ni menos que cualquier otro; al fin y al cabo, todav¨ªa no he muerto, y en consecuencia no he resucitado. Pero me he ocupado intensivamente de lo que afirman la filosof¨ªa y la religi¨®n en torno a la muerte.
P. Su ¨¦xito de ventas Dios y la ciencia comienza con una cita del bi¨®logo Louis Pasteur: "Un poco de ciencia nos aleja de Dios, pero mucha nos devuelve a ¨¦l". ?Es ¨¦se el hilo conductor de su filosof¨ªa?
R. Frecuentemente, los que no saben demasiado est¨¢n convencidos de que la ciencia desmiente la religi¨®n. Los que, por el contrario, saben realmente mucho -pienso en personas de la categor¨ªa de un Albert Einstein, un Max Planck o un Louis-Victor de Broglie- se dan cuenta de que con cada paso se acercan a un concepto que corresponde al de la religi¨®n. Estoy convencido de que la investigaci¨®n del futuro ya no socavar¨¢ la religi¨®n, sino que la apuntalar¨¢.
P. Pronostica usted que la imagen del mundo del ma?ana estar¨¢ empapada de espiritualismo, pero sobre la base de pruebas claras, obtenidas, por ejemplo, de la f¨ªsica.
R. Como fil¨®sofo, he intercambiado ideas durante toda mi vida con cient¨ªficos, sobre todo con grandes f¨ªsicos. En la Academia Francesa, entre mis interlocutores habituales est¨¢n el bi¨®logo ?tienne Wolf y el f¨ªsico Louis Leprince-Ringuet. Lo que me fascina es que los fil¨®sofos y los investigadores ya no hablan entre s¨ª sin entenderse, como ven¨ªa ocurriendo durante siglos desde la Edad Media y Galileo. Ahora es un di¨¢logo entre personas que buscan la verdad: a trav¨¦s de la experiencia, de demostraciones. Ya no hay una lucha entre el oratorio, donde se reza de rodillas por la verdad, y el laboratorio, donde se la descubre con el microscopio. El lugar de oraci¨®n y el laboratorio se acercan entre s¨ª.
P. Sus adversarios le reprochan que no divulga usted nada m¨¢s que lo que lleva m¨¢s de dos d¨¦cadas en boga: que el cosmos es algo global., dotado de alma y divino.
R. La idea de que el universo es un todo, algo total, nos la da la ciencia. Sea uno f¨ªsico, bi¨®logo o soci¨®logo, siempre busca uno algo que alimente la inteligencia. Por eso, entre materialistas e idealistas, creyentes y no creyentes, hay un terreno com¨²n: la experiencia.
P. Usted ha dicho que incluso en la part¨ªcula m¨¢s peque?a, de forma incomprensible para nosotros, vive y act¨²a una fuerza a la que llama "omnipresencia".
R. S¨ª. Igual que Pascal, creo que en una gota de agua se encuentra todo el universo. En consecuencia, el todo se refleja en cada part¨ªcula. Y en el m¨¢ximo, el cosmos, los miles y miles de millones de galaxias, se refleja como en un espejo la parte m¨¢s diminuta de la materia. En lo infinit¨¢mente peque?o se encuentra lo infinitamente grande.
P. Profetiza usted la pronta reconciliaci¨®n entre el esp¨ªritu cient¨ªfico y la fe.
R. Conf¨ªo en ella, pero todav¨ªa no estoy seguro.
P. De hecho, la realidad actual parece ir en contra. ?Acaso es incorrecta la impresi¨®n de que, por ejemplo, el catolicismo de un Wojtyla est¨¢ empezando a retroceder en direcci¨®n a la Edad Media?
R. Al contrario; creo que la Iglesia cat¨®lica ha cambiado de rostro sin cambiar de car¨¢cter. Sigue hablando en nombre de Cristo y unifica la verdad y la misericordia; pero el esfuerzo por conservar la verdad parece debilitar el amor. La Iglesia ecum¨¦nica ya no rechaza a los hombres que no pertenecen a ella, sino que los acoge en su coraz¨®n.
P. No opina lo mismo el obispo franc¨¦s de Evreux, monse?or Jacques Gaillot, que fue suspendido por el Papa por su defensa de los homosexuales y del control de natalidad y su condena de las armas nucleares.
R. Me resulta dif¨ªcil contestar a eso. ?Qui¨¦n ha castigado a Gaillot y le ha quitado, si no la mitra, s¨ª su obispado de Evreux? El Papa, no el Vaticano. Yo soy un cat¨®lico creyente. En un ej¨¦rcito, el capit¨¢n debe cumplir las ¨®rdenes, aunque no est¨¦ de acuerdo con el general. ?Lo entiende?
P. Lo entiendo, pero no lo comprendo.
R. De acuerdo: si yo hubiera sido el Papa, me lo habr¨ªa pensado algo m¨¢s antes de sancionar a Gaillot. Ahora, es probable que el Papa est¨¦ asombrado del revuelo que ha causado este asunto, en ¨²ltimo t¨¦rmino trivial, en la Iglesia cat¨®lica francesa.
P. ?Quiere usted decir que el cumplimiento de una orden es m¨¢s importante que hacer caso a la propia conciencia?
R. Si el soldado raso le puede decir al general: "Me importan un r¨¢bano tus ¨®rdenes", ya no hay ej¨¦rcito. Si el cat¨®lico niega su obediencia al Papa, ya no hay Iglesia.
P. Parece que en la Iglesia hay un vac¨ªo que llenan cada vez, m¨¢s r¨¢pido misteriosas sectas, doctrinas y videntes. ?Es una tendencia inevitable?
R. Retroceden la religi¨®n practicada y los fieles basados en dogmas religiosos. Pero crece la inclinaci¨®n hacia lo religioso. El ano pasado, los libros sobre Jesucristo se vendieron como rosquillas, incluso aunque en ellos se afirme que no realiz¨® ning¨²n milagro y que la Virgen tuvo multitud de ni?os. La religiosidad crece, con aberraciones extra?as, casi locas. Pero ni siquiera m e parece mal, porque la religiosidad sincera puede devolver a los hombres a la religi¨®n. Por eso, mi gran objetivo es presentar la religi¨®n de forma cada vez m¨¢s sensata e inteligente.
P. Los que interpretan a Guitton creen observar en su obra completa de pintura, literatura y filosof¨ªa algo de comedia. ?Resulta as¨ª m¨¢s f¨¢cil de soportar el dolor del mundo?
R. S¨ª. Una ligera capacidad de comedia significa adem¨¢s observar mejor a sus semejantes.
P. Lo mismo ocurrir¨¢ entonces con el actual inquilino del Vaticano.
R. Juan Pablo II es un comediante realmente genial. Ya hizo teatro en Polonia con 20 a?os, por lo dem¨¢s, con mucho ¨¦xito. Cuando puede celebrar la misa ante cuatro millones de espectadores, como hace poco en Manila, es feliz.
P. ?Ama usted a este Papa?
R. Le admiro, y me pondr¨ªa a cuatro patas si lo ordenara. Pero s¨®lo am¨¦ a Pablo VI.
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