Tolerancia
Vecindad y m¨²sica en directo parecen conceptos antag¨®nicos e irreconciliables en la sociedad espa?ola posmovida. As¨ª, fuimos testigos de c¨®mo los vecinos manifestaban su disconformidad con la m¨²sica de Suburbano, golpeando insistentemente las paredes contiguas al recinto de actuaci¨®n y marcando un ritmo distinto al de Mendo y Fuster. Era una escena surrealista, con polic¨ªa municipal de por medio. ?Y eso que el grupo, nada sospechoso, interpretaba sus grandes ¨¦xitos de la televisi¨®n! Esperemos que no llegue el d¨ªa que se denuncie a los reci¨¦n nacidos por llorar de noche.En otro local, represaliado anta?o por vecinos de bien y administraciones locales, present¨® Javier ?lvarez su esperad¨ªsimo primer disco. Llenazo y m¨¢ximo inter¨¦s, por escuchar una de las voces m¨¢s hermosas y carism¨¢ticas del panorama de los nuevos cantautores, as¨ª como unas canciones que hablan, precisamente, de tolerancia. De la dif¨ªcil convivencia entre las distintas miserias y anhelos urbanos, todos ellos respetables e importantes en igual medida. Javier no s¨®lo le canta al amor para-todos-los-p¨²blicos, sino que se pringa en cuestiones ante las que no se deben cerrar los ojos.
Una de las m¨²sicas que menos han de molestar -siempre es un suponer- a los de sue?o fr¨¢gil es la interpretada a capella, y no nos estamos refiriendo al gregoriano, sino a dos formaciones que capitanean un estilo emergente en nuestro pa¨ªs, Amaniels y Master Plan. Los primeros caminan por la senda del doo woop y los primeros cl¨¢sicos del rock y del soul. Afinan y tienen estilo, aunque tal vez su culto a la m¨²sica de los a?os cincuenta derive en un espect¨¢culo lineal.
Los segundos est¨¢n en una onda m¨¢s moderna, conectando con diversos aspectos de grupos americanos como All Four Alone o Boyz II Men. Su recreaciones de So much in love y el What's going on de Marvin Gaye son m¨¢s que correctas. Francamente meritorias.
Para finalizar, volvieron a dejarse caer por nuestro pa¨ªs los reyes del punkabilly m¨¢s gamberro. Los fren¨¦ticos King Kurt han recortado aquellos escandalosos tup¨¦s que luc¨ªan en sus principios, aunque su espect¨¢culo y su concepci¨®n del rock sigue siendo un desmadre colectivo, a base de bailes p¨¦lvicos como el enloquecido Zulu Beat (Uhh, walla, walla, walla, uhh). Una m¨²sica, la suya, que recuerda tiempos menos intolerantes, menos apol¨ªneos y m¨¢s dionis¨ªacos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.