Macarr¨®n
Llegando a la calle de Jovellanos, no puedo cre¨¦rmelo: el cierre met¨¢lico bajado y unas explicaciones sobre cart¨®n... el bello local de Macarr¨®n. ha dejado de existir.Me acuerdo de la confianza que esta vieja tienda respetable me inspir¨® la primera vez que compr¨¦ material art¨ªstico en Madrid. Comprend¨ª que hab¨ªa descubierto una de estas embajadas de la perfecci¨®n artesanal que existen en las. grandes ciudades de tradici¨®n art¨ªstica.
Amarga iron¨ªa: Macarr¨®n ten¨ªa que abandonar su sede en el a?o mismo de su centenario. La empresa siempre existe y, por cierto, no cambiar¨¢ su calidad. Pero Madrid pierde un lugar, donde su tradici¨®n art¨ªstica fue discretamente palpable y cre¨ªble, contrariamente al tradicionalismo program¨¢tico que practica su Ayuntamiento.
Lo siento por mis colegas madrile?os. Desapareci¨® un lugar ¨²nico e irrecuperable.-
Pintor.
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