Multipropiedad

Leyendo la carta que firma Francisco Javier Meco Murillo, de Madrid (EL PA?S, lunes 6 de febrero de 1.995), record¨¦ un incidente parecido que me ocurri¨® el pasado mes de agosto.Cuando acud¨ª junto a mi familia a la piscina p¨²blica de la Comunidad de Madrid (en la calle del Doctor Esquerdo), nos entregaron junto con la entrada un boleto, pues sorteaban un viaje a Benidorm, el cual rellenamos y depositamos en una urna disponible a tal efecto, dentro del recinto de las instalaciones deportivas.

Pasados unos d¨ªas nos llamaron diciendo que nos hab¨ªa tocado dicho viaje y que deb¨ªamos acudir a una oficina (en la calle de Orense, creo recordar) para recoger el premio.

Como "nadie da duros a peseta", me extra?¨¦, y pregunt¨¦ si eso era cierto o si ten¨ªa que comprar algo a cambio, a lo cual me respondieron: "De ninguna manera: el viaje es suyo". Y cu¨¢l no fue nuestra sorpresa (tuve que ir con mi marido, el ¨²nico requisito seg¨²n ellos) cuando nos metieron en una sala tipo caf¨¦-discoteca (la m¨²sica a todo volumen era insoportable) y nos empezaron a bombardear con propaganda sobre la multipropiedad.

Nuestra indignaci¨®n iba creciendo paso a paso. Cuando acab¨® el martirio salimos por pies y nos hicieron entrega de un trozo de papel fotocopiado. donde tan s¨®lo figuraba un n¨²mero de tel¨¦fono al que deb¨ªamos llamar para que nos dieran fecha para efectuar el viaje, cosa que ha sido imposible (el tel¨¦fono comunica constantemente).

Sabemos que los caminos de los vendedores son inagotables, pero mi queja va hacia los organismos p¨²blicos que permiten tan malas artes al colaborar con estas empresas. Y yo me pregunto: ?recibir¨¢n algo a cambio?.-

Madrid.