Al final pag¨® su esfuerzo
Ataque. El Athletic dedic¨® todo el esfuerzo del partido al ataque. Supo llegar con facilidad a las inmediaciones del ¨¢rea madrile?a. Consigui¨® mantener a la defensa blanca muy retrasada, con lo que dispon¨ªa de bastante espacio libre para. poder crear las jugadas. No encontraba muchos obst¨¢culos defensivos hasta. que no se aproximaba, al borde del ¨¢rea contraria. El Real Madrid no estuvo muy despierto durante el primer tiempo. No encontraba la manera de introducirse en la defensa bilba¨ªna. Despert¨® tras el cambio de Alfonso por Ra¨²l. Hasta ese momento no hab¨ªa conseguido' inquietar a Valencia. Desde entonces fabric¨® casi todas las ocasiones de gol que tuvo en el partido. Los ¨²ltimos minutos del encuentro fueron suyos, pero esper¨® demasiado tiempo para atacar.
Defensa. El Real Madrid sufri¨® mucho por su banda izquierda. Lasa no pudo parar en ning¨²n momento a Goikoetxea. Esa banda fue el sufrimiento del Madrid. Por ah¨ª recibi¨® todas las internadas peligrosas del Bilbao. Se acab¨® cuando Irureta decidi¨® hacer el primer cambio. El Athletic decidi¨® montar la l¨ªnea defensiva en el centro del campo. Su intenci¨®n era intimidar a los jugadores rivales.
Esfuerzo. Desde el inicio del partido el Bilbao no escatim¨® energ¨ªa. Derroch¨® muchas ganas. Buscaba siempre todos los balones. Nunca rehu¨ªa el contacto. Sus jugadores ocupaban m¨¢s terreno que sus rivales. Tambi¨¦n supieron adaptarse mejor a un terreno de juego que estaba bastante blando. Los desplazamientos eran largos y buscaban muy bien el uno contra uno. Cuando quedaban 15 minutos, empezaron a pagar todo el esfuerzo realizado. No fueron capaces de guardar todo lo que hasta entonces hab¨ªan conseguido. Desde ese momento dieron unas facilidades al Real Madrid que antes no le hab¨ªan dado. No tuvieron en cuenta que un partido dura 90 minutos lomo m¨ªnimo y que la mala distribuci¨®n de los esfuerzos puede pagarse al final.
Personalidad. Dif¨ªcil era para Redondo reaparecer despu¨¦s de una lesi¨®n, en un terreno donde era dif¨ªcil jugar y en un estadio que seguro no le tra¨ªa buenos recuerdos. Desde su salida escuch¨® silbidos cada, vez que toc¨® el bal¨®n. Los espectadores castigaban as¨ª a un jugador que hab¨ªa cometido el error de lesionarse gravemente en San Mam¨¦s. El ¨²nico que defendi¨® al jugador bilba¨ªno que le lesion¨®, no fue correspondido por la afici¨®n. A pesar de todo, su car¨¢cter le hizo superar todas estas adversidades y consigui¨® que su equipo reaccionara en los minutos en los que ¨¦l jug¨®. Fue quien cambi¨® el transcurso de un partido que no caminaba por donde le interesaba a su equipo. Provoc¨® jugadas de uno contra uno. Demostr¨® capacidad para desequilibrar al contrario en el centro del campo. Consigui¨® varias faltas al borde del ¨¢rea. Su personalidad le alz¨® sobre todas las dificultades.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.