Paul Verhoeven reta a la 'censura' de Estados Unidos con 'Showgirls'
El director holand¨¦s establecido en Estados Unidos Paul Verhoeven estar¨¢ pronto en el centro de una pol¨¦mica sobre la calificaci¨®n de su nueva pel¨ªcula, Showgirls, que se rueda en estos momentos en Las Vegas. ?sta es la predicci¨®n de diversos medios especializados que han tenido acceso al gui¨®n de la pel¨ªcula, por el que el no menos controvertido escritor Joe Eszterhas ha recibido 3,7 millones de d¨®lares (casi 500 millones de pesetas).En 1992, Verhoeven y Eszterhas se vieron obligados a recortar algunas escenas de su anterior proyecto en com¨²n, Instinto b¨¢sico, que en EE UU se exhibi¨® mutilada. Pero, en esta ocasi¨®n, ni los cineastas ni el estudio que los respalda, Metro-Goldwyn-Mayer (MGM), est¨¢n dispuestos a retocar ni un solo plano de Showgirls, un thriller er¨®tico-l¨¦sbico ambientado en los salones de top-less de la ciudad-casino de Las Vegas.
La Motion Picture Association of America (MPAA) no mete la tijera en ning¨²n filme, pero impone una censura de taquilla cuando otorga la calificaci¨®n NC-17 (eufemismo que sustituy¨® a la calificaci¨®n X en 1990), ya que cientos de salas de exhibici¨®n de EE UU se niegan sistem¨¢ticamente a proyectar pel¨ªculas de esta categor¨ªa y muchos medios ni siquiera las anuncian. Por ello, los estudios exigen habitualmente en su contrato que los directores hagan una pel¨ªcula de calificaci¨®n inferior. Curiosamente, la muy conservadora MPAA se suele mostrar mucho m¨¢s permisiva hacia la violencia desmesurada que hacia un desnudo frontal.
"El estudio apoyar¨¢ completamente a Paul y a la pel¨ªcula que haga", declar¨® un ejecutivo de MGM a la revista Entertainment Weekly, consciente de que este tipo de controversia resulta por otra parte rentable en taquilla. Paul Verhoeven tambi¨¦n tuvo que eliminar algunas escenas de Robocop y de Desaf¨ªo total. En esta ocasi¨®n hab¨ªa anunciado que s¨®lo aceptar¨ªa el proyecto si el estudio le respaldaba por completo. "Yo no estoy en ninguna cruzada, y adem¨¢s soy demasiado amoral para que me importe", dijo al diario The New York Times.
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