SME y otros inventos
La crisis del d¨®lar ha agudizado la debilidad de la peseta, que amenaza con sufrir una devaluaci¨®n o incluso con tener que abandonar el Sistema Monetario Europeo.Los mercados fin¨¢ncieros espa?oles temen ante todo que el Gobierno, que determina legalmente la pol¨ªtica cambiaria fuerce al Banco de Espa?a a defender nuestra divisa con alzas de tipos de inter¨¦s que podr¨ªan abortar nuestra recuperaci¨®n.
Pero en todo caso, esta debilidad de la peseta la ve la gente como una humillaci¨®n y un peligro.
La crisis de nuestra moneda, y las m¨¢s o menos agudas de la lira, el escudo y el franco franc¨¦s, quedan en parte explicadas por la debilidad del d¨®lar: los inversores est¨¢n apostando al marco y al yen, como viene ocurriendo en los dos ¨²ltimos a?os.
Mas tambi¨¦n hay razones locales y europeas que agudizan lo que podr¨ªa haberse quedado en movimientos de capitales entre las tres grandes monedas mundiales.
Las razones locales son tambi¨¦n importantes. Si en Espa?a el hermano del que fue vicepresidente del Gobierno es condenado a prisi¨®n menor por haber empleado un despacho oficial para tramitar favores; si gallegos planchados y catalanes olorosos han cometido estafas financieras, con la ayuda de pol¨ªticos de pocos escr¨²pulos; si un director general de la.Guardia Civil se ha fugado con la caja y luego reaparece en una nube de mentiras gubernamentales; si las dudas cunden sobre el equilibrio presupuestario del Estado y las autonom¨ªas; si el paro sigue en un nivel abismal que indica falta de productividad en un cuarto de la poblaci¨®n activa espa?ola: entonces no es de estra?ar que los financieros internacionales no quieran invertir en Espa?a.
En Italia y en Francia encontramos el mismo contraste entre lo pol¨ªtico y lo econ¨®mico. La econom¨ªa privada se desarrolla con energ¨ªa y las sociedades privadas aumentan sus beneficios.
Pero la pol¨ªtica falla, cr¨®nicamente en Italia., inesperadamente en Francia. La Constituci¨®n italiana no ha sido reformada como promet¨ªan. Las elecciones francesas est¨¢n depar¨¢ndonos sorpresas desagradables.
Se descubre que el presidente de la Rep¨²blica se convirti¨® de cripto-fascista en cripto-socialista a tiempo para ganar la guerra a Hitler, que ha alojado a su familia ilegitima durante a?os a costa del Estado; que ha nombrado a amigos incapaces a la cabeza del Cr¨¦dit Lyormais (el D¨¦bit Lyonnais, lo que ha denominado el Financial Times) y del Banco Europeo de Inversiones; que autoriza atentados terroristas contra Greenpeace y escuchas ilegales a ministros y a bellas modelos.
El presidente del Consejo tambi¨¦n ha "pinchado" tel¨¦fonos y compite en socialismo con el otro candidato conservador, M. Chirac.
Pero a estos conflictos entre econom¨ªa y pol¨ªtica se a?ade el imbroglio europeo. No s¨¦ si M. Delors va a tener que ponerse en huelga de hambre como Carlos Salinas de Gortari para redimir su nombre, pero M. Santer, gafe donde los haya, est¨¢ hecho un Zedillo cualquiera.
Se empe?an en hacer la Uni¨®n Monetaria Fiara construir la uni¨®n pol¨ªtica y est¨¢n hundiendo a Europa. Se les dice que el Sistema Monetario Europeo no conduce a la UM y no lo creen. Una uni¨®n monetaria se hace espont¨¢neamente, como est¨¢ ocurriendo entre Alemania, Holanda, Austria, Luxemburgo, y ?B¨¦lgica?, despu¨¦s de ocurrida la convergencia y sobre la base de un tr¨¢fico comercial intenso. La econom¨ªa, mientras tanto, sobrevive con dificultades los embates de la pol¨ªtica, y no por exceso de democracia como teme Rafael S¨¢nchez Ferlosio, sino por falta de inteligencia.
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