Los pa¨ªses de la UE preparan una convenci¨®n obre drogas alternativa al enfoque de la ONU

La legalizaci¨®n de algunas drogas no est¨¢ de momento en el horizonte europeo, pero una tradici¨®n m¨¢s liberal que en otras regiones del mundo ha permitido implantar la separaci¨®n penal de unas y otras, programas de intercambio de jeringuillas y tratamiento con opi¨¢ceos e incluso hero¨ªna, todav¨ªa cuestionados por la ONU. Los pa¨ªses de la UE est¨¢n dise?ando un discurso alternativo y pragm¨¢tico que pretenden plasmar en dos a?os en una convenci¨®n europea, cuyos cimientos levanta el m¨¦dico espa?ol Santiago de Torres, experto encargado por la Comisi¨®n Europea.

No es que se haya acallado la pol¨¦mica entre prohibicionistas y liberalizadores. Hace unos d¨ªas en un- debate organizado por M¨¦dicos del Mundo en Madrid, el profesor italiano Alessandro Baratta sosten¨ªa que la lucha contra las drogas se ha movido hasta ahora en una c¨¢rcel del pensamiento, "en el t¨ªpico cortocircuito de pensar que la droga, como est¨¢ relacionada con el narcotr¨¢fico, ha de combatirse con el derecho penal". Part¨ªa de la convicci¨®n de que la estrategia hasta ahora ha sido un "fracaso total" y se planteaba que muchos de los efectos sociales y sanitarios en los drogadictos, "est¨¢n inducidos por la situaci¨®n en que se ven obligados a vivir por culpa de la prohibici¨®n".Naciones Unidas, seg¨²n el ¨²ltimo informe de su organismo dependiente, la Junta Internacional de Fiscalizaci¨®n de Estupefacientes, no est¨¢ por cambiar las cosas, en consonancia con la pol¨ªtica estadounidense. Incluso muestra serias reticencias a las iniciativas europeas para reducir el riesgo entre los consumidores como la separaci¨®n penal de los mercados de las drogas duras y blandas o la distribuci¨®n controlada de la hero¨ªna para acercar a los heroin¨®manos al sistema sanitario. La ciudad inglesa de Liverpool ha sido la primera de la UE en iniciar esta experiencia con un grupo reducido de toxic¨®manos que han fracasado con todas las terapias y, seg¨²n Santiago de Torres, "sin duda lo veremos pronto en otras ciudades europeas".

Y es que los pa¨ªses de la UE han decidido tirar por la calle del medio. Por el pragmatismo. "Holanda ha hecho un discurso pr¨¢ctico sobre las drogas y poco moral. Algunos estados hac¨ªan planteamientos m¨¢s morales que pr¨¢cticos y hoy todos hacen discursos pr¨¢cticos afirma de Torres.

Su primera misi¨®n en la observaci¨®n de las situaciones en los 15 pa¨ªses de la UE ya le permite indicar que "aun manteniendo diferencias legislativas importantes, la pr¨¢ctica de lo que se est¨¢ haciendo en los ¨¢mbitos preventivos, asistenciales y represivos se est¨¢ aproximando de una forma apabullante".

Pol¨ªtica de m¨ªnimos

Aunque plantea que la armonizaci¨®n total "es imposible%, el objetivo para el cual trabaja este experto consiste en preparar una "pol¨ªtica europea de m¨ªnimos" en este terreno. "Una de las sugerencias es convocar el a?o que viene una conferencia de consenso sobre drogas que permita identificar los puntos de convergencia que hoy existen; los de divergencia solventables a medio plazo y dotarnos de un instrumento jur¨ªdico que lo sustente: una convenci¨®n europea sobre drogas. Y ver si es posible que la UE tenga una voz mas clara en el foro de Naciones Unidas que pueda aportar una forma nueva de afrontar el problema".

Los ¨²ltimos cinco a?os, y en buena medida tras la irrupci¨®n del sida, han dotado a los pa¨ªses europeos de cuatro caracter¨ªsticas claramente diferenciadoras respecto a otras regiones del mundo. En primer lugar, como explica de Torres, la despenalizaci¨®n en la pr¨¢ctica del consumo, salvo la sanci¨®n administrativa como en el caso de Espa?a. En su opini¨®n ha dado resultados con la desaparici¨®n de las jeringuillas y el pinchazo de las v¨ªas p¨²blicas.

Europa ha decidido tambi¨¦n separar los mercados del cannabis, hero¨ªna y coca¨ªna, diferenciando claramente el gravamen para estas drogas en su c¨®digo penal. Algunos expl¨ªcitamente y otros, como Espa?a, haciendo distinci¨®n de las sustancias en funci¨®n de sus efectos sobre la salud. "Esto es una gran diferencia respecto a otros pa¨ªses porque lo que preocupa a Europa es que el cannabis sea utilizado como v¨ªa de entrada de las otras drogas y de ah¨ª que la separaci¨®n se est¨¦ haciendo hegem¨®nica", indica.

Tercera diferencia y sustancial es la pol¨ªtica de reducci¨®n de riesgos, mediante la distribuci¨®n de jeringuillas o tratamientos sustitutivos con metadona, que en Italia ya engloban a 14.000 heroin¨®manos -m¨¢s que en tratamientos de comunidades terap¨¦uticas- y en el futuro con la propia hero¨ªna. La cuarta consiste en provocar una disminuci¨®n de la oferta de drogas mediante las ayudas al desarrollo de los pa¨ªses productores, en lugar de fomentar, la destrucci¨®n de cultivos. "En esto hay una clara diferencia con Estados Unidos. Casi el 80% de estas ayudas proceden, de la UE", dice de Torres.

La posibilidad de legalizar el cannabis, violenta pol¨¦mica en Espa?a, no figura en los planes de la UE. Baratta denunciaba que es una "sociedad de fumadores y bebedores empedernidos la que dirige una cruzada moral contra las drogas ?l¨ªcitas". De Torres replica que "no es un argumento de peso sustentar que, porque ya tenemos en nuestra cultura enraizado el consumo de alcohol, vayamos a aumentar la oferta de drogas aunque en algunas circunstancias sean menos t¨®xicas".