Kodro hunde al Tenerife
En plena revoluci¨®n futbol¨ªstica a¨²n queda tiempo para la nostalgia . Tarde de perros, agua para inundar el campo, siete goles y un goleador, Kodro, para personalizar el acontecimiento. La Real revivi¨® ayer en Anoeta el f¨²tbol hist¨®rico ante un Tenerife predispuesto para la cibern¨¦tica. A los jugadores donostiarras les falt¨® tan s¨®lo el pa?uelo en la frente para insertar el partido en el t¨²nel del tiempo. Anoeta no olvidar¨¢. El Tenerife tampoco.Kodro resolvi¨® una semana de rumores con su mejor aplicaci¨®n sobre el terreno de juego. Al bosnio le van los sentimientos fuertes y tanta zozobra previa la pag¨® el Tenerife.
Tiene el Tenerife un gusto excesivo por el f¨²tbol aristocr¨¢tico, el que discurre por los salones del centro del campo y convierte cada combinaci¨®n en un ingenuo besamanos, diplom¨¢tico e inofensivo. La Real Sociedad prefiere el f¨²tbol metal¨²rgico, el que aprieta las tuercas y los tornillos hasta que el maestro del taller, l¨¦ase Meho Kodro, en dos martillazos destroza' la ceremonia y rompe el protocolo ante la mirada at¨®nita de los invitados.
En un santiam¨¦n se acab¨® la fiesta del Tenerife, bien es verdad que con la inestimable colaboraci¨®n del colegiado especialmente sensible a los resbalones los patinazos y las ca¨ªdas. Una de Luis P¨¦rez le debi¨® resultar dolorosa y la convirti¨® en penalti para felicidad de Kodro. Bien es cierto que no menos generoso hab¨ªa sido Felipe al regalar a Luis P¨¦rez un bal¨®n de oro en una frivolidad absurda. Kodro tambi¨¦n lo agradeci¨®. Los dos goles se vistieron con el mismo ropaje: la generosidad ante Luis P¨¦rez se la meti¨® Kodro en el bolsillo.
Un contragolpe de sal¨®n lo remat¨® Iturrino anunciando la apoteosis futbol¨ªstica. Fue una jugada de v¨ªdeo. Kodro envi¨® a la derecha, Luis P¨¦rez le devolvi¨® en el ¨¢rea, el bosnio centr¨®, Karpin dej¨® pasar e Iturrino tras recortar a su defensa dispar¨® junto al poste desde el otro v¨¦rtice del ¨¢rea. El gol era la viva imagen del partido: una Real precisa y un Tenerife impotente para acceder al bal¨®n.
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