Los cigarrillos ayudan a los enfermos mentales
Pol¨¦mica en EE UU sobre la prohibici¨®n del tabaco en los centros psiqui¨¢tricos
La cruzada antitabaco en Estados Unidos ha llevado la prohibici¨®n de fumar al interior de las c¨¢rceles. El contrabando de tabaco se considera, en un creciente n¨²mero de penitenciar¨ªas, bajo la misma ley que afecta a los licores, las navajas o las drogas. Algunos expertos han llamado la atenci¨®n sobre las consecuencias negativas que pueden derivarse para la paz de los internamientos. Ahora, el debate ha llegado a los hospitales psiqui¨¢tricos.Una proporci¨®n de enfermos mentales reh¨²sa el tratamiento hospitalario si no va a poder fumar justo cuando se encuentran en estados de mayor tensi¨®n y agravamiento de sus desequilibrios. Los estudios demuestran que alrededor de un 80% de los esquizofr¨¦nicos y un 50% de los que sufren depresiones profundas son fumadores frente a s¨®lo un tercio de la poblaci¨®n general.
Algunos psiquiatras urguyen que la nicotina, en cuanto estimulante, puede reducir el efecto secundario de algunas medicaciones, como es la postraci¨®n o la molicie. Igualmente, la facultad de la nicotina para inducir secreciones de dopamina, una sustancia qu¨ªmica que promueve el bienestar y la motivaci¨®n, ayuda a aliviar los s¨ªntomas de la depresi¨®n o la esquizofrenia.
Una investigaci¨®n sobre la relaci¨®n entre el tabaco y las depresiones profundas publicada en The Journal of the American Medical Association, en 1990, indicaba que cuando un paciente con "una historia de depresi¨®n deja de fumar, los s¨ªntomas se acent¨²an y la enfermedad puede agravarse". En 1993, The American Journal of Psychiatry corrobor¨® que fumar contribuye a normalizar temporalmente la hipersensibilidad que los esquizofr¨¦nicos sufren frente los peque?os ruidos. Ron Niebergding, una personalidad destacada en la Alliance for the Mentally Ill (Alianza por los Enfermos Mentales), arguye que "poder fumar un cigarrillo proporciona consuelo al enfermo y es en ocasiones la ¨²nica oportunidad para vivir su autonom¨ªa personal".
Prescripci¨®n y crueldad
La mayor¨ªa de los centros privados han eliminado el tabaco. En los p¨²blicos se permite un m¨¢ximo de 12 cigarrillos al d¨ªa en ¨¢reas especiales y ventiladas. Como en las c¨¢rceles, el contrabando, el ofrecimiento de cigarrillos como recompensa, el tr¨¢fico o los sobornos son comunes.
Las razones para la prohibici¨®n son las mismas que en otros lugares p¨²blicos: la satanizaci¨®n m¨¦dica y social del tabaco, la protesta de los no fumadores, el coste de dependencias ventiladas para los que fuman. Y, en los hospitales, dicen los gerentes, la necesidad de a?adir una enfermera para el cuidado del grupo. Los m¨¦dicos contrarios a las restricciones argumentan que si ya es duro para cualquiera dejar de fumar, puede representar hasta una tortura para los individuos que soportan problemas psiqui¨¢tricos.
Aunque sus peticiones no han sido escuchadas en todos sus t¨¦rminos, han conseguido, sin embargo, ciertos avances. Por ejemplo, una comisi¨®n, oficial de salud permite fumar a los pacientes de largo internamiento. La tesis es que la cl¨ªnica acaba siendo casi una residencia y no se puede prohibir a nadie fumar en su propia casa.
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