El papel de las ONG
?Cu¨¢l es el papel de las Organizaciones No Gubernamentales (ONG) latinoamericanas en el desarrollo social y en la lucha contra la pobreza? Hace quince o veinte a?os, esta pregunta era ajena a las preocupaciones de los Gobiernos, y pocas ONG la habr¨ªan planteado. Sin embargo, en la Cumbre de Desarrollo Social en Copenhague, Gobiernos y ONG tienen esta cuesti¨®n en un lugar destacado de sus trabajos. Son pocos los Gobiernos que no reconocen que estas organizaciones son un actor clave en la lucha contra la pobreza; y las ONG son conscientes de los espacios ganados y de la credibilidad de su acci¨®n. El crecimiento explosivo de su n¨²mero y el aumento de su influencia social explican en gran medida este cambio de visi¨®n. Durante los a?os ochenta, la crisis econ¨®mica, los programas de ajuste estructural y los conflictos armados provocaron el aumento de la pobreza y las demandas sociales, y al tiempo debilitaron la capacidad del Estado par a enfrentarlas, al aplicarse pol¨ªticas de austeridad y dr¨¢sticos recortes del gasto social. La retirada del Estado abri¨® espacios nuevos para la promoci¨®n social, que las ONG tuvieron que ocupar. Por otra parte, las transiciones democr¨¢ticas hicieron posible procesos de organizaci¨®n y participaci¨®n de la sociedad civil antes vedados. Las ONG de pa¨ªses industrializados los facilitaron prestando apoyo financiero.?Cu¨¢l ha sido el resultado? Seg¨²n la Fundaci¨®n Interamericana, existen en Latinoam¨¦rica m¨¢s de 11.000 organizaciones de promoci¨®n y desarrollo, la mayor parte de las cuales surgi¨® en los a?os ochenta. Pero lo importante no es s¨®lo la magnitud del fen¨®meno. El impacto de la acci¨®n de las ONG en la lucha contra la pobreza es dif¨ªcil de estimar, pero existe consenso en se?alar que no es un fen¨®meno marginal. En muchos casos, las ONG han actuado con mayor agilidad, eficacia y eficiencia que las maquinarias burocr¨¢ticas de los Gobiernos. Adem¨¢s, su vinculaci¨®n a los sectores populares les ha permitido conocer mejor sus necesidades reales y dise?ar programas m¨¢s efectivos e innovadores.
Los Gobiernos latinoamericanos y las agencias de cooperaci¨®n han empezado a valorar estas cualidades, y consideran hoy a las ONG como el agente m¨¢s id¨®neo para la ejecuci¨®n de los programas contra la pobreza. La actitud de las ONG hacia los Gobiernos tambi¨¦n ha cambiado, al quedar atr¨¢s los reg¨ªmenes autoritarios y las dictaduras militares. Se plantea as¨ª un nuevo marco de relaci¨®n entre el Estado y la iniciativa social, en el que es ineludible plantear cu¨¢l es el espacio de acci¨®n y las funciones de cada actor. En este reacomodo de funciones, existe el riesgo de considerar a las ONG como una alternativa de bajo coste de la pol¨ªtica social del Estado. En diversos pa¨ªses de la regi¨®n se desmantelan las pol¨ªticas sociales de cobertura universal y se considera al mercado como el proveedor esencial de servicios sociales. La acci¨®n estatal se reduce a la m¨ªnima expresi¨®n, a trav¨¦s de proyectos focalizados hacia los m¨¢s pobres. A menudo, ¨¦stos no son sino una simple compensaci¨®n de corto plazo de los costes sociales del ajuste estructural, y su ejecuci¨®n se encomienda a las ONG. De esta forma, el apoyo estatal a las ONG ser¨ªa funcional a la privatizaci¨®n de los servicios sociales y a la tesis neoliberal del "Estado m¨ªnimo". Muchas ONG, sin embargo, rechazan este limitado papel, y cuestionan la capacidad del propio modelo neoliberal para acabar con la pobreza. La experiencia reciente muestra que las causas del empobrecimiento est¨¢n en la l¨®gica misma del modelo, y en este contexto la acci¨®n de las ONG podr¨¢ ser, a lo sumo, un simple paliativo. La gran ense?anza de la d¨¦cada es que el desarrollo social no depende tanto del quehacer de las ONG o de las pol¨ªticas sociales, como de la propia pol¨ªtica macroecon¨®mica. Por ello, no puede haber reducci¨®n de la pobreza dentro del modelo neoliberal. Acabar con la pobreza exige que el Estado asuma la responsabilidad de aplicar las macropol¨ªticas necesarias para garantizar la cohesi¨®n social y el acceso equitativo al empleo, la salud y la educaci¨®n, y para evitar la desorbitada polarizaci¨®n de muchas sociedades latinoamericanas.
?Cu¨¢l es entonces el papel de las ONG? Estas no pueden ni deben suplantar al Estado en su responsabilidad social; pueden complementarlo y, sobre todo, acompa?ar a los sectores populares y a los grupos pobres de la poblaci¨®n, reforzando su capacidad de influir en las pol¨ªticas p¨²blicas para que ¨¦stas respondan a sus necesidades e intereses. Deben tambi¨¦n promover la participaci¨®n de otros actores: sindicatos, empresarios, iglesias, universidades, municipios, articulando coaliciones con la suficiente masa cr¨ªtica para lograr la aplicaci¨®n de pol¨ªticas que reduzcan la pobreza. Esta tarea es mucho m¨¢s compleja que la simple ejecuci¨®n de microproyectos aislados, pero, al abordarla, las ONG latinoamericanas muestran que han alcanzado su mayor¨ªa de edad.
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