La suerte de Winnie Mandela pende de un hilo que controla su marido
El destino pol¨ªtico de Winnie Mandela, la controvertida dama de hierro surafricana, ser¨¢ sellado muy probablemente en los pr¨®ximos d¨ªas por su marido, el presidente Nelson Mandela, de quien est¨¢ separada, y de su segundo, Yhabo Mbeki. Sin embargo, fuentes del gobernante Congreso Nacional Africano (ANC), partidarios de Winnie y analistas pol¨ªticos discrepan sobre c¨®mo bregar¨¢ el Gobierno con la empecinada viceministra de Artes, Cultura, Ciencia y Tecnolog¨ªa. La continuidad de ¨¦sta se halla en peligro.Robert Schrire, profesor de Ciencia Pol¨ªtica en la Universidad de Ciudad. del Cabo, asegura que el desaf¨ª de Winnie Mandela a las orden presidencial de no viajar al oeste de ?frica a comienzos de marzo es, por s¨ª solo, motivo suficiente para el cese.
Un funcionario del ANC asegura que la viceministra, que hace frente a diversas acusaciones de corrupci¨®n y se enfrenta a la censura del Gobierno, se neg¨® a tomar un permiso que habr¨ªa permitido salvar al Gobierno de una situaci¨®n embarazosa.
"Es nuestra dama de hierro", asegura uno de sus seguidores sobre esta mujer que, en su opini¨®n, habla en nombre de millones de negros pobres que votaron por el ANC en las hist¨®ricas elecciones de abril de 1994, que llevaron a Nelson Mandela a la presidencia y pusieron la losa sobre el r¨¦gimen de segregaci¨®n racial. "Antes exist¨ªa el apartheid y ella contaba con grandes apoyos", se?ala un periodista negro. "Ahora tiene algunos simpatizantes, pero a la mayor¨ªa de la gente no le importa. Aquellos di s ya pasaron".
"Me siento traicionada"
Uno de los principales admiradores de Winnie Mandela, Bantu Holomisa, que fue dirigente militar del antiguo homeland de Transkei y que ahora ocupa el cargo de viceministro de Turismo, asegura que el Gobierno no puede actuar sobre la base de rumores. "El presidente Mandela", se?ala, "no es el presidente-juez de un tribunal de canguros y no va a actuar en funci¨®n de rumores".
Pocas horas antes de que el centro de toda esta pol¨¦mica se entrevistara con el vicepresidente Thabo Mbeki, Winnie persist¨ªa en su actitud desafiante. "Me siento traicionada",e?alaba en el funeral por un funcionario del ANC asesinado hace unos d¨ªas. "Es la humillaci¨®n definitiva, por mi propio pueblo. Esta no es la Sur¨¢frica por la que he arruinado mi vida".
Mientras se encontraba fuera del pa¨ªs, la polic¨ªa confisc¨® documentos durante registros en su domicilio y oficina, como parte de una investigaci¨®n sobre las acusaciones de que utiliz¨® su posici¨®n e influencia para lograr contratos para una empresa constructora en la que ten¨ªa intereses econ¨®micos.
Tras acusar a la polic¨ªa de efectuar una incursi¨®n al estilo de las que se efectuaban en los tiempos del apartheid, Winnie Mandela se pregunt¨® c¨®mo se sentir¨¢n de seguros los ciudadanos de a pie cuando incluso una viceministra puede ser tratada as¨ª.Pero un polic¨ªa se pregunt¨® si es que ella cree que est¨¢ por encima de la ley.
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