Los quardianes de un sue?o

Uno es hijo natural de Vitoria y el otro es adoptivo. Pablo Laso y Velimir Perasovic forman el per¨ªmetro del Taugr¨¦s, el equipo de moda en el baloncesto espa?ol. Su calado entre la afici¨®n es tremendo. Su perfil humano y deportivo ha contribuido decisivamente a la locura del Baskonia. Son los mejores guardianes del sue?o alav¨¦s.El polluelo mimado

A los 16 a?os ret¨® a su padre, Pepe Laso: "Es la ¨²ltima vez que me ganas jugando al baloncesto". Pablo cumpli¨® su promesa. Un a?o despu¨¦s el deportista que ten¨ªa cara de ni?o travieso se llevaba de calle los mano a mano.

Pablo vive de los mimos. Su madre le da todos los mimos, sus hermanos le dan todos los mimos y su abuela le da todos los mimos. A cambio sus hermanos le "cogen prestada" la ropa cuando duerme la siesta diaria, de 16 a 18 horas, aun a riesgo de tormenta. "Aunque es muy alegre", dice su hermana Arantza, "tiene mala leche, sobre todo cuando le revolvemos los armarios". Es el hijo de Vitoria, al que en un programa de ETB varias madres se prestaron a adoptarle como polluelo.

Desde joven se ha sabido propietario del sue?o de toda una ciudad. Laso naci¨® en Vitoria en octubre de 1967 y meti¨® sus primeros dos puntos en el colegio San Viator. Su paso por Estados Unidos -temporada 83-84- fue el inicio de una carrera deportiva r¨¢pida. Debut¨® en primera divisi¨®n con el Baskonia. Ten¨ªa 17 a?os. A los 20 se convirti¨® en el l¨ªder de asistencias de la liga ACB. Este a?o ha sido invitado por dos equipos profesionales de la NBA -Charlotte Hornets y Sacramento Kings- y le tantea el Madrid. Tiene razones para sentirse mimado.

Un alero en los huesos

Tiene cara de no haber roto un plato en su vida. Parece endeble, las piernas le bailan dentro de unos pantalones cortos que le sobran por todos los lados, y cuando corre por la: cancha es como si no golpeara el suelo. Y, sin embargo, se hace notar. Mete puntos como un cosaco, le delata la altura, 1,96 metros, y el hecho diferencial de que cuando ve un bal¨®n se lanza irremediablemente a por ¨¦l y tira un triple, aunque est¨¦ en el supermercado. "Velimir Perasovic es una estrella, aunque no act¨²e como ninguna de ellas", es el com¨²n denominador que le encuentran periodistas y compa?eros de vestuario. Le definen como un hombre afable, familiar y excelente compa?ero, adem¨¢s de un trabajador del bal¨®n. Est¨¢ casado y tiene un hijo, un rubio de unos dos a?os al que le apasionan los coches y, en contra de la tradici¨®n familiar, juega al f¨²tbol los d¨ªas de buen tiempo en la vitoriana Plaza de Espa?a.

A sus 29 a?os lo ha conseguido todo en Europa. Naci¨® en la tur¨ªstica ciudad de Split y convirti¨® a su equipo, la Jugoplastica, en tricampe¨®n de Europa. Hoy, Peras, como le llaman en Vitoria, ya dice algunas cosas en euskera. "S¨®lo disfruta con su familia y con el baloncesto, ni siquiera comiendo", asegura un amigo. Seg¨²n los m¨¦dicos, sin su hijo en los hombros, pesa 80 kilos.