El Defensor del Pueblo recibi¨® en 1994 casi 4.000 protestas colectivas menos que en 1993
El Defensor del Pueblo recibi¨® en 1994 casi 4.000 quejas menos que en 1993, pero este descenso corresponde a la disminuci¨®n en la misma cuant¨ªa de las protestas colectivas. Las realizadas fueron 18.594, una cantidad ligeramente superior a la de los cuatro primeros a?os de funcionamiento de la instituci¨®n. Fernando ?lvarez de Miranda, su titular desde el 1 de diciembre pasado, destac¨® ayer, en la presentaci¨®n del ¨²ltimo informe, que los lamentos m¨¢s reiterados contin¨²an refiri¨¦ndose a la demora de los organismos p¨²blicos en contestar a las reclamaciones. Tambi¨¦n se?al¨® que han aumentado las quejas por malos tratos atribuidos a agentes de las fuerzas de seguridad o vigilantes jurados.
Las quejas sobre malos tratos de este tipo recibidas por el Defensor del Pueblo ascienden a 31. ?lvarez de Miranda, que no concret¨® el incremento de protestas en este ¨¢mbito respecto a a?os anteriores, aport¨® una amplia relaci¨®n de casos donde los que se quejan son extranjeros e inmigrantes. El Defensor se?al¨® que estos casos "descubren la desconfianza de la sociedad hacia determinados grupos o razas y demandan sobre todo una acci¨®n educativa". Pese al seguimiento riguroso que el Defensor dice haber efectuado, ninguna de estas quejas se ha sustanciado en derivaciones penales ante los tribunales. Las ¨²nicas sanciones aplicadas no han pasado del marco disciplinario.Junto a los malos tratos, el rechazo a la LOGSE, el, retraso en la tutela judicial y las carencias de informaci¨®n en la sanidad p¨²blica resumen, a grandes rasgos, las quejas que m¨¢s llegan al Defensor, seg¨²n el informe sobre la gesti¨®n de la instituci¨®n en 1994, elevado ayer a las Cortes.
?lvarez de Miranda, a diferencia de sus antecesores en la instituci¨®n, ha realizado una tarea discreta, de espaldas a los medios de comunicaci¨®n. Pese a ello, remarc¨® su intenci¨®n de acercarse m¨¢s a los sectores m¨¢s necesitados de la sociedad, precisamente los que menos han reclamado debido a su falta de conocimientos o cultura.
Entre quienes acuden al Defensor predominan las personas de entre 35 y 60 a?os, con estudios superiores y una situaci¨®n laboral y econ¨®mica elevada. Destacan las reclamaciones efectuadas por funcionarios p¨²blicos, que acaparan el 50% de las presentadas en el ¨¢rea de la Administraci¨®n; las viudas y las parejas de hecho, que aparecen por primera vez (2%).
En este documento, como en otros precedentes, llama la atenci¨®n la reiterada protesta de los ciudadanos por el retraso de las Administraciones en responder a as reclamaciones que se tramitan en sus distintos ¨¢mbitos, hecho que demuestra la escasa eficacia de los planes de modernizaci¨®n impulsados desde el misterio competente.
En el ¨¢mbito territorial en que el Ministerio de Educaci¨®n y Ciencia tiene competencias el Defensor alerta sobre el rechazo suscitado en la comunidad educativa a la implantaci¨®n del nuevo sistema de la LOGSE.
No es el caso de las actuaciones xen¨®fobas o racistas. Apenas se han recibido quejas, pero la actividad del Defensor ha sido particularmente intensa en favor de ciudadanos extranjeros que hab¨ªan recibido ¨®rdenes de expulsi¨®n. Su antecesora en funciones, Margarita Retuerto, elev¨® al Constitucional un recurso contra la Ley de Asilo que logr¨¦ en parte el respaldo del alto tribunal y oblig¨® al Gobierno a elaborar un desarrollo, de la misma menos oneroso.
La lentitud con que se mueve la Administraci¨®n de Justicia sigue acaparando un buen n¨²mero de quejas (1.948). En particular, la jurisdicci¨®n contencioso-administrativa invierte excesivo tiempo en la resoluci¨®n de los casos.
Un volumen similar de protestas se refiere a las pr¨¢cticas sanitarias, pero, en contra de lo que pueda parecer y a excepci¨®n de las listas de espera, el Defensor concluye que la mayor¨ªa de las reclamaciones encubren una informaci¨®n defectuosa sobre el acceso a los servicios sanitarios o el proceso de las enfermedades.
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