El Bar?a abdica en Par¨ªs
El Paris Saint-Germain remonta un gol de Bakero y elimina al equipo azulgrana
El Barcelona descubri¨® anoche en Par¨ªs que ya no es el equipo de moda. No tuvo nada que decir el grupo azulgrana ante el porte del Paris Saint-Germain (PSG). Viste mejor el campe¨®n franc¨¦s. El Barcelona no perdi¨® como era costumbre este curso. Normalmente se ca¨ªa de mala manera. No fue el caso. Estuvo bravo, altivo, orgulloso, combativo. Hubo incluso motivos para desempolvar el ¨¢lbum de cromos y creer que Cruyff era otra vez Cruyff, y Hagi parec¨ªa el cuarto jugador del mundo, y Koeman chutaba como cuando se ganaba la Copa de Europa. Result¨® un equipo que nuevamente ilusionaba. Y, sin embargo, perdi¨® sin poder reprocharle nada a ninguno de los suyos. Esa fue la cruel realidad: descubrir que el contrar¨ªo tiene mejor equipo y mejores jugadores. Mejor futuro. El Barcelona vive del pasado.Johan Cruyff quiso triunfar o morir con los peloteros en el campo. Reparti¨® a los fichajes de este curso entre el banquillo y la tribuna -Busquets y Hagi eran los ¨²nicos rostros nuevos en la foto del partido- y se agarr¨® a las vacas sagradas. Begiristain y Eusebio, olvidado hasta anoche en el desv¨¢n, se reencontraron en la alineaci¨®n junto al reaparecido Hagi. Jugadores todos ellos de entrel¨ªneas para intentar pegar a un equipo muy diseminado a lo largo del a?o. No hab¨ªa otra salida que marcar al menos un gol.
Luis Fern¨¢ndez, ap¨®stol de Cruyff, no se acobard¨®. Ya hab¨ªa cantado el equipo dos d¨ªas antes. Reemplaz¨® al central Roche, sancionado, por el media punta Ra?, y retras¨® a Le Guen hasta la l¨ªnea de cuatro zagueros. Le val¨ªa el empate y, sin embargo, se negaba a jugar como si el partido se disputara en el Camp Nou.
Ginola y Hagi pidieron el cuero desde el pitido y armaron media parte de f¨²tbol con gusto. No hay encuentro malo cuando mandan los zurdos. El rumano se dej¨® caer en las bandas y conect¨® en diagonal con la carrera de Stoichkov. Engendraron entre ambos dos jugadas de gol que sirvieron para anunciar que el Barcelona estaba metido en el partido. Ni uno ni otro, sin embargo, supieron explotar las debilidades de Lama. El campe¨®n franc¨¦s no tard¨® en reivindicar su condici¨®n de favorito. Tuvo problemas para faenar en la sala de m¨¢quinas, por la buena posici¨®n barcelonista. No hay ant¨ªdoto, sin embargo, contra el talento de Weah y Ginola, el extremo parisiense que convierte cada toque en una jugada de gol.
La pierna izquierda del extremo abri¨® una zanja en el carril derecho azulgrana. Enganch¨® siempre el cuero con delicadeza y sac¨® tres centros cruzados que dejaron con la boca abierta a la zaga forastera. Nadal impidi¨® que Ra? conectara con los puntas locales. Pero los movimientos de Ginola y Weah. ante Ferrer y Sergi pusieron en entredicho que el choque estuviera abierto de porter¨ªa a porter¨ªa. Hasta cuatro veces -dos Ginola, una Weah y otra Rai- remataron a la madera. El PSG adelant¨® su l¨ªnea de presi¨®n y no dej¨® salida al Barcelona. No pudo correr. Le vino bien el descanso.
La llegada al camerino sirvi¨® para refrescar la memoria, y en el primer bal¨®n franco de la reanudaci¨®n, Koeman se la puso de rosca al capit¨¢n para que girara la cabeza hacia el gol. Flot¨® entonces el recuerdo de Kaiserslautern. El Barcelona se aferr¨® a aquella imagen que le llev¨® a Wernbley para sobrevivir en Par¨ªs. El PSG estaba tumbado en el c¨¦sped del Parque de los Pr¨ªncipes por una de sus suertes preferidas: una jugada a bal¨®n parado.
El marcador le hizo da?o al grupo de Luis Fern¨¢ndez. Hab¨ªa pasado de la clasificaci¨®n a la necesidad de marcar dos goles en un santiam¨¦n. El remonte estaba coartado por la desdicha. Los dioses no estaban de su parte. Ginola, cansado de los postes del gol norte, se peleaba con los del sur. La madera aguant¨® al Bar?a a flote largo rato. Tuvo tiempo incluso de cerrar su billete para las semifinales en una llegada de Jos¨¦ Mari. No acert¨®. El grupo de Cruyff intent¨® parar el partido desempolvando el rondo. Y pudo. El PSG le atrap¨® con el bal¨®n muerto en el bander¨ªn de c¨®rner. Tal y como estaba escrito: toque de Valdo y cabezazo de Ra?.
El empate no cambi¨® la orientaci¨®n del juego en el PSG. Ginola sigui¨® jugando y el colectivo azulgrana contestando. Cruyff volvi¨® a confundirse en la pizarra y por momentos situ¨® a Abelardo de delantero centro. El f¨²tbol, sin embargo, estaba del lado franc¨¦s. Es un equipo de mucho cuerpo, empaque y paciencia que cree en el ma?ana por encima de lo que cuenta la historia. No ha perdido un solo partido y ayer tampoco merec¨ªa caer. Estuvo calmado, puesto, aguardando el momento, y le lleg¨® cuando la grada pensaba ya cu¨¢nto quedaba para la pr¨®rroga. No le sirvi¨® de nada al Bar?a no rendirse. Sali¨® perdedor de un partido que quiso ganar y ahora afronta un presente desgarrador. Desgarrado por las luchas internas y eliminado de la Copa y de la Liga de Campeones, se repite a s¨ª mismo que el Madrid es un equipo vulgar para ganar la Liga. Mal asunto. Hay quien ya se pregunta si la suerte de este equipo se acab¨® ayer despu¨¦s de que el PSG ganara pese a que remat¨® hasta cinco veces a la madera.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.