Tres obispos y allegados de Taranc¨®n se oponen a la publicacion de sus memorias

El cardenal Vicente Enrique y Taranc¨®n (1907-1994) sigue generando pol¨¦mica desde el m¨¢s all¨¢. La presentaci¨®n de su primera biograf¨ªa, Taranc¨®n, el cardenal de la reconciliaci¨®n, del sacerdote y periodista Jes¨²s Infiesta, puso ayer de relieve las dificultades de sacar a la luz todos los aspectos de la figura m¨¢s controvertida de la Iglesia espa?ola contempor¨¢nea: el introductor de autor y obra, el jesuita Jos¨¦ Mar¨ªa Mart¨ªn Patino -que como provicario general de la di¨®cesis madrile?a fue el m¨¢s estrecho colaborador del cardenal-, anunci¨® que ¨¦l y otros allegados al fallecido, entre ellos tres obispos, se oponen a publicar las memorias de Taranc¨®n, porque en ellas hay, "juicios personales sobre personas, que podr¨ªan no serdomprendidos a¨²n. Taranc¨®n era muy optimista, miraba siempre a lo lejos, pero de cerca miraba muy poco y a veces los microprocesos se le escapaban".Las memorias de Taranc¨®n, unos mil folios escritos en 1984, est¨¢n "en una caja fuerte", dijo Mart¨ªn Patino. "Tres obispos las han le¨ªdo, como yo, y creemos que no es el momento de publicarlas". Mart¨ªn Patino, presidente de la fundaci¨®n Encuentro, se?al¨® no obstante que en esas p¨¢ginas, adem¨¢s de los asuntos coyunturales, hay una serie de desaf¨ªos "que la Iglesia espa?ola no ha afrontado, y que deber¨¢ hacerlo, sobre su papel en los diversos reg¨ªmenes del siglo.

Aunque no polemizaron, autor y presentador, ofrecieron im¨¢genes no siempre coincidentes del personaje. "Era una anguila perfecta", dijo Mart¨ªn Patino sobre la proverbial habilidad del cardenal para resolver conflictos. "No pic¨® el anzuelo" dijo.Jes¨²s Infiesta al recordar que Taranc¨®n no se dej¨® seducir por las cinco horas que Franco hizo que la televisi¨®n dedicase a su toma de posesi¨®n como arzobispo de Madrid'.

"Taranc¨®n nunca cumpli¨® el concordato. de 7.1953, y luch¨® para que los cl¨¦rigos no tuvieran fuero" dijo Mart¨ªn Patino. "Siempre crey¨® en la separaci¨®n de Iglesia y Estado, y fue el promotor de la ley de divorcio. Cre¨ªa en una Iglesia neutral ante los partidos pol¨ªticos, pero no neutral en pol¨ªtica. Siempre le horroriz¨® que en Espa?a hubiese una Democracia Cristiana como en Italia, donde los aut¨¦nticos dem¨®cratas, tras la Guerra Mundial, eran los comunistas".

Infiesta, que fue jefe de prensa de Taranc¨®n, se?al¨® no haber olvidado "los aspectos humanos" del cardenal. "Me impresionaba su gran carisma de pobreza en estos tiempos de adoraci¨®n del dinero", dijo.