Vigilancia sobre los 'logros' del 82

La sinton¨ªa entre el Grupo Socialista en el Congreso y los ministros que pudieran estar afectados por demandas de los nacionalistas parece absoluta. En la cena que celebraron los parlamentarios guerristas el pasado martes, con asistencia de una decena de diputados no adscritos a ese sector, se expres¨® en voz alta un cierto temor.La sensaci¨®n que se transmiti¨® para que el Gobierno la conozca es que el Grupo Socialista formar¨¢ un bloque inamovible para evitar cambios indeseados respecto a pol¨ªticas que "comenzaron en el 82" y que "enorgullecen" al PSOE.

En dicho encuentro, al margen de consideraciones internas y minoritarias, el n¨²cleo del debate se centr¨® en la necesidad que los socialistas ven de reforzar su mensaje ideol¨®gico.

Este prop¨®sito podr¨ªa chocar, al menos, como hip¨®tesis te¨®rica, con iniciativas de GU, cuya concepci¨®n en algunas cuestiones resulta muy distante del programa de los socialistas.

Por si algo de esto llega a ocurrir, numerosos parlamentarios dejaron clara la siguiente idea: "El grupo parlamentario estar¨¢ vigilante para que en adelante los proyectos pol¨ªticos que se aprueben no supongan recortes en logros hist¨®ricos M Gobierno desde l982".

Los interlocutores presentes en la cena precisaron los cuatro asuntos a los que son m¨¢s sensibles y sobre los que estrechar¨¢n la vigilancia: infraestructuras, educaci¨®n, sanidad y servicios sociales.

Los temores de algunos ministros y de la inmensa mayor¨ªa del Grupo Socialista respecto a los pactos con los nacionalistas catalanes no significan, seg¨²n precisiones de los propios interesados, que las relaciones se hayan enturbiado o que el acuerdo general para 1995 corra peligro.

Las dudas surgen para despu¨¦s, es decir, para cuando el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, decida que ha llegado el momento de guardar distancias' respecto el PSOE.

Los socialistas est¨¢n persuadidos de que cuanto mejor les vaya en las municipales a los nacionalistas de CiU, mucho menos inter¨¦s tendr¨¢ en romper, porque interpretar¨¢ que su electorado comprende la colaboraci¨®n con el Gobierno central. Lo cierto es que a pesar de la tranquilidad con la que el presidente del Gobierno, Felipe Gonz¨¢lez, habla de las relaciones con CiU los suyos sigan la m¨¢xima de que ninguna relaci¨®n es eterna.

El ¨²ltimo desmentido de que hubiera problemas se produjo hace una semana por el propio Jordi Pujol despu¨¦s de que miembros de su partido sacaran por primera vez a debate la conveniencia de tener unos amigos cuya fama y honor estaba en cuesti¨®n. Una vez m¨¢s Pujol tuvo que decir que segu¨ªa apoyando.