Jordan dispara las cifras

La NBA libra una batalla por las almas de sus jugadores. La vuelta de Michael Jordan a las canchas se antoja como el mejor ant¨ªdoto para redimir una. Liga donde empezaba a predominar la indisciplina de sus j¨®venes estrellas. Las repercusiones del retorno de Jordan a la NBA no se han hecho esperar, sobre todo despu¨¦s de que los primeros informes de audiencia de televisi¨®n en su deb¨² con los Bulls frente a los Pacers de Indiana haya sido la m¨¢s alta en los ¨²ltimos 23 a?os. Este partido alcanz¨®, en televisi¨®n, un promedio de audiencia del 13,4% en los 32 mercados m¨¢s importantes de Estados Unidos, muy superior al 12,4% que tuvieron las finales de la NBA entre los Rockets de Houston y los Knicks de Nueva York.

Los s¨ªntomas de un mal que parec¨ªa incurable hasta la llegada de Air Jordan -su regreso ha subido las acciones de varias marcas publicitarias, al tiempo que las entradas para ver a los Bulls de Chicago se han agotado hasta final de temporada- eran patentes: repetidos actos de insubordinaci¨®n dentro y fuera de las canchas, ausencias en los entrenamientos, amenazas de todo tipo hasta conseguir el objetivo deseado...

La nueva generaci¨®n de jugadores no respeta a nadie, pero s¨ª exige la m¨¢xima consideraci¨®n de los dem¨¢s. Cualquier entrenador que ha intentado poner orden en esta jungla ha pagado la osad¨ªa con su empleo. Hasta el momento, el marcador favorece a los rebeldes por 2-0 frente a los t¨¦cnicos: Dan Issel (Denver Nuggets) y Don Nelson (Golden State) han, sido las dos bajas de la temporada.

Es un culebr¨®n de 27 cap¨ªtulos, uno por cada uno de los equipos que integran la NBA. Rex Walters, escolta reserva de los New Jersey Nets, se queja de la actual situaci¨®n de su equipo. "Tenemos a un jugador millonario incapaz de atarse los cordones de sus zapatillas cuando el entrenador se lo pide. Tenemos a otra estrella que se queja porque no quiere vestirse con corbata cuando est¨¢ de gira y a algunos m¨¢s que acuden al entrenamiento cuando quieren".

Walters no s¨®lo analiza a su equipo. "Hay que ser Sigmund Freud para entender a este club, pero no somos los ¨²nicos que tenemos problemas. Miren el resto de la Liga".

La NBA, sin embargo, no carece de figuras que se comportan con dignidad, como Vin Baker, el ala-p¨ªvot de Milwaukee Bucks, hijo de un ministro bautista que a sus 23 a?os todav¨ªa canta en el coro de su iglesia. Por eso, todos esperaban a Jordan. Con ¨¦l, la NBA quiere volver a ser lo que era: el gran sue?o de muchos j¨®venes norteamericanos.