La primera visita, a una mezquita

Mike Tyson, a sus 28 a?os, parece una nueva versi¨®n, con todas sus variantes, de Muhammad Ali, el legendario Cassius Ciay. El m¨ªtico ex campe¨®n mundial de los pesados tuvo su vac¨ªo por no querer alistarse en el ej¨¦rcito para combatir en el Vietnam y antes de su vuelta a los cuadril¨¢teros se convirti¨® al Islam. Ayer estaba, con su mal de Parkinson a cuestas, esperando en un hotel de Plainfleld la salida de Tyson para acompa?arle en su primera visita de libertad: el Centro Isl¨¢mico de Norteam¨¦rica, donde se celebr¨® un servicio religioso. Despu¨¦s, la limusina que el promotor Don King puso a disposici¨®n de su mina de d¨®lares, se dirigi¨® al aeropuerto de Indian¨¢polis para que una avioneta privada llevara a Tyson a Ohio, estado donde el p¨²gil tiene su casa en la localidad de Southington.En la mezquita se encontraba Muhammad Siddeeq, el consejero espiritual del boxeador, que tambi¨¦n velar¨¢ por su buen comportamiento durante los cuatro pr¨®ximos a?os de libertad condicional. En caso de que vuelva a tener problemas con la ley podr¨ªa, regresar a la c¨¢rcel para cumplir los tres a?os de los seis de la condena por violaci¨®n que s¨¦ le han perdonado.

Si alg¨²n d¨ªa se produce el combate entre Tyson y George Foreman, tambi¨¦n largo tiempo retirado del boxeo para ejercer como predicador, los golpes de ambos, de los m¨¢s potentes de la historia y, sin duda, de los ¨²ltimos tiempos, rechinar¨¢n en nombre de Dios o de Al¨¢.