Tyson deja la c¨¢rcel en limusina
El boxeador m¨¢s famoso de los ¨²ltimos tiempos cumpli¨® su condena de tres a?os por violaci¨®n
Las historias de boxeo, como las grandes pel¨ªculas, transcurren en blanco y negro. Son una sucesi¨®n de perfiles sombr¨ªos y personajes sin alma que act¨²an por instinto, siempre en medio de la noche, evenenados por el olor de la sangre y el dinero, condenados a un triste final. La historia de Mike Tyson, puesto el libertad ayer de madrugada, despu¨¦s de tres a?os de prisi¨®n por violaci¨®n, entra desde hoy en el cap¨ªtulo del boxeador regenerado. "Me siento muy feliz por estar en libertad y poder ir a mi casa", dijo Tyson en un comunicado distribu¨ªdo a los medios de comunicaci¨®n poco antes de salir de la c¨¢rcel. "Quiero dar las gracias a todos los que me han apoyado y ya contar¨¦ m¨¢s cosas en el futuro. Hasta pronto".Mike Tyson ocupa ya un lugar junto a otras leyendas de las que en Estados Unidos hablan los viejos barberos, los matones de barrio y los millonarios aburridos que buscan excitaci¨®n en las cloacas. Pero las leyendas no se retiran a los 28 a?os a criar hijos y grasa en una mansi¨®n de Ohio. Las leyendas son esclavas del clamor de la masa, que los incita a pelear hasta que alguien m¨¢s fuerte y m¨¢s joven las expulsa del podio a pu?etazos.
El m¨¢s famoso promotor de boxeo, Don King -ex convicto, ¨¦l tambi¨¦n-, recogi¨® ayer a Tyson en la prisi¨®n de Plainfield (Indiana) y brind¨® con una botella de champ¨¢n en la nevera de su limusina portando una cartera llena de posibles contratos para los pr¨®ximos meses. Tyson, tocado con un bonete blanco en la cabeza, muestra de su conversi¨®n al Islam, sali¨® de la c¨¢rcel entre una expectaci¨®n inusitada, rodeado de capitalistas, delante de King y detr¨¢s de su amigo Rory Holloway, que abr¨ªa su abrigo en una curiosa protecci¨®n molesta para las c¨¢maras de fot¨®grafos y televisi¨®n.
El impacto del islam
Los expertos dicen que Mike Tyson no volver¨¢ a ser nunca aquel ¨¢gil y agresivo boxeador que gan¨® la corona de los pesos pesados a los 20 a?os, la m¨¢s temprana edad de la historia y que golpeaba como nadie hab¨ªa visto desde el gran campe¨®n blanco, Rocky Marciano. Pero eso no importa. Nadie lo ha desplazado todav¨ªa de su calidad de campe¨®n. El t¨ªtulo le pertenece ahora al veteran¨ªsimo George Foreman, que lo gan¨® frente a mont¨®n de mediocridades, pero Tyson es todav¨ªa el boxeador del momento. Su sola menci¨®n en un cartel dar¨ªa a los organizadores millones de d¨®lares, y una pelea contra Foreman marcar¨ªa r¨¦cords hist¨®ricos de beneficios.
La c¨¢rcel tampoco le ha quitado a Mike Tyson su calidad de h¨¦roe para una parte de este pa¨ªs. Miles de j¨®venes negros guardaron su ausencia con camisetas desde las que se ped¨ªa su libertad. En prisi¨®n fue visitado por el baloncestista Shaquille O'Neal, el cantante James Brown, la poeta Maya Angelou, o el cineasta Spike Lee, entre otras distinguid¨ªsimas personalidades de. la comunidad afroamericana.
Pero el visitante que m¨¢s impacto tuvo en su vida fue Muhammad Sideeq, un cl¨¦rigo musulm¨¢n que puso al boxeador en el camino de Dios y del Islam. Tyson ha desmentido que tenga intenci¨®n de cambiar su nombre por el de Malik Abdul Azik, como dijo la prensa. Pero lo importante, tal como ha se?alado el jugador de baloncesto de origen nigeriano y estrella de los Houston Roekets, Hakim Olajuwon, musulm¨¢n de nacimiento, es que "Mike ha comprendido que el Islam significa sumisi¨®n y obediencia a la ley de Dios". Sus amigos dicen que Tyson, se ha instruido -incluso est¨¢ a punto de graduarse en administraci¨®n de empresas-, y ha aprendido loa que es la belleza y el amor. No son esas las virtudes, que acompa?aron la vida de Tyson. Nacido en un ghetto negro de Brooklyn hace 28 a?os, Tyson no hizo m¨¢s que repetir sobre el ring la fiereza de su vida en la calle.
Desiree Washington, la muchacha negra a la que Tyson viol¨® en una habitaci¨®n de hotel en 1992, es testigo del lado m¨¢s tenebroso de este hombre al que su comunidad considera una v¨ªctima de la justicia controlada por los blancos. Tyson siempre dijo que hab¨ªa tenido relaciones con Desiree por mutuo consentimiento. Pocos negros se encontrar¨¢n en Estados Unidos que crean la versi¨®n de Desiree, aunque hayan le¨ªdo la biograf¨ªa de Tyson en la que cuenta sus proezas sexuales hasta con 24 mujeres a la vez.
La mayor¨ªa de los negros prefieren verlo como lo ve Charles Barkley el otro mito baloncest¨ªstico norteamericano ("un muchachito que tuvo demasiado y demasiado pronto"), e identifican a Tyson con el simple, aunque brutal, estibador que Marlon Brando interpreta en On the waterfront, protegido del mundo en su tejado junto a las palomas. Cuentan que Tyson, tambi¨¦n coleccionista de esos animales, descubri¨® por primera vez su instinto boxeador al golpear a un muchacho que le hab¨ªa matado uno de sus p¨¢jaros.
Decenas de art¨ªculos se han escrito estos d¨ªas sobre si Mike Tyson ser¨¢ capaz de protegerse contra s¨ª mismo y ordenar su vida en paz y en silencio. No es f¨¢cil que lo pueda hacer dentro del mundo del boxeo, aunque le ha dado y le dar¨¢, seg¨²n todos los indicios al menos los medios para intentarlo.
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