La atalaya despierta de su letargo
La rehabilitaci¨®n devolver¨¢ el esplendor a la Torre de Madrid
A la puerta de la Torre de Madrid, un portero impecable coronaba su testa con un sombrero de copa digno de palacio. Solemne, abr¨ªa y cerraba puertas a los se?ores hospedado! en el hotel de apartamentos ubicado entre la planta 15? y la ¨²ltima, la 34?. Eso ocurr¨ªa a principios de los a?os cincuenta. La torre, inaugurada el 15 de octubre de 1957, conjugaba el lujo y las alturas; el despegue incipiente de la ciudad representado en 124 metros de hormig¨®n, m¨¢rmoles y ascensores ¨²ltimo modelo.En su hotel de apartamentos se hospedaban solteros de vida agitada y gente del mundo del espect¨¢culo de paso por la capital., Pero a todo esplendor le suele sobrevenir la decadencia. Y a la torre le lleg¨® de sopet¨®n. Ahora puja de nuevo por revivir, con unas obras de rehabilitaci¨®n que prometen devolverle el esplendor y el lujo.
En los a?os sesenta, el elegante sombrero de copa del portero ya hab¨ªa desparecido. Los nuevos tiempos de entonces se llevaron por delante el servicio de habitaciones del hotel de apartamentos. Y llegaron los alquileres.
Durante las dos d¨¦cadas siguientes el prestigio de la torre baj¨® a¨²n m¨¢s. Un d¨ªa los ascensores no funcionaban, otro no llegaba el agua caliente, y el aire acondicionado hac¨ªa un ruido propio de sirena de un buque... recurdan los vecinos. Muchos fueron cancelando sus alquileres. Y las oficinas dejaron de hacer cola para conseguir local. Los edificios de acero de Azca y la Castellana se hab¨ªan puesto de moda.
Ahora, con los a?os noventa, llegan aires nuevos al edificio. Su empresa propietaria, la inmobiliaria Metrovacesa, ha emprendido una rehabilitaci¨®n en la torre de pies a cabeza. Una inversi¨®n de m¨¢s de 1.000 millones y casi dos a?os de obras actualizar¨¢n unas instalaciones que, aunque fueran la vanguardia en los cincuenta, ahora han cobrado un aspecto aletargado de edificio del tel¨®n de acero.
El arquitecto de Metrovacesa que dirige la restauraci¨®n, Antonio Palomo, habla de la torre con cari?o. Cuenta que la rehabilitaci¨®n emprendida el pasado verano pretende respetar totalmente la estructura y apariencia originales del edificio: "No vamos a introducir ning¨²n elemento nuevo en la restauraci¨®n", explica. Palomo se?ala que se trata de una obra muy compleja, puesto que en ning¨²n momento se paralizar¨¢ la actividad de las oficinas que a¨²n est¨¢n alquiladas en la torre.
Metrovacesa ha tardado en decidirse a empezar con la rehabilitaci¨®n. El deterioro del edificio no es escandaloso, pero estaba pidiendo a gritos un lavado de cara y la modernizaci¨®n del aire acondicionado, la calefacci¨®n, las tuber¨ªas y los ascensores. "No pod¨ªamos ponernos con las obras as¨ª como as¨ª", se excusa Palomo, "hab¨ªa que estudiar con detenimiento c¨®mo acometer¨ªamos las obras y qu¨¦ finalidad se dar¨ªa al edificio", prosigue.
Las obras, que destripar¨¢n el edificio para hacer sus instalaciones ¨²ltimo modelo, concluir¨¢n dentro de un a?o. Pero el pr¨®ximo verano podr¨¢ admirarse su exterior inmaculado.
Tras mucho pensarlo, Metrovacesa ha decidido agrupar en las 15 primeras plantas del inmueble a las oficinas y empresas. La zona residencial ocupar¨¢ los pisos superiores, desde la planta 15 a la 34. Un total de 130 viviendas con vocaci¨®n de "lujo", explica Palomo. Hay apartamentos de verdadero sue?o: d¨²plex de hasta 200 metros, con vistas a la Casa de Campo y barandillas al estilo de los a?os cincuenta. Terrazas de casi 100 metros.
?Y el precio de los futuros alquileres? "Es pronto para estimarlo", contin¨²a. Palomo pronostica que las nuevas viviendas se llenar¨¢n de j¨®venes profesionales con nivel de vida alto, pintores que aprovechar¨¢n la luz que entra a raudales en los pisos, arquitectos... Nunca familias con ni?os. La torre retorna a sus or¨ªgenes pero los conserjes no lucir¨¢n el sombrero de copa del portero que inaugur¨® la torre.
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