"El Vaticano hace en la ONU el papel de los pa¨ªses comunistas"
El pecado m¨¢s grave que combatir¨¢ la Iglesia cat¨®lica en el siglo XXI ser¨¢ la insensibilidad ante la injusticia. La opini¨®n del profesor de Filolog¨ªa Patr¨ªtica e historiador de la Universidad de Roma-La Sapienza, Giovanni Maria Vian, de 42 a?os, se ampara en lo que ¨¦l considera la actual actitud de la Iglesia. "El Vaticano en la ONU desempe?a el mismo papel que hac¨ªan los pa¨ªses comunistas hace 25 a?os en la defensa de los m¨¢s pobres. Est¨¢ ahora en vanguardia. Hay documentos dur¨ªsimos del Vaticano contra la deuda externa de los pa¨ªses pobres", explica Vian, que ha visitado recientemente Valencia.La insensibilidad ante la injusticia se traduce, seg¨²n Vian, en el desequilibrio entre el Norte y el Sur. "Los productos y las materias de los pa¨ªses pobres deber¨¢n ser pagados de forma justa. No se puede continuar con los ojos cerrados. El Vaticano reclama que esa deuda exterior del Sur al Norte se condone", a?ade.
Esta injusticia, que corroe tambi¨¦n, a juicio del profesor a los Estados ricos ser¨¢ y, en algunos casos ha comenzado a ser, el principal blanco de la Iglesia. "Los obispos italianos son muy cr¨ªticos con los problemas sociales. Sus an¨¢lisis son muy cercanos a las posiciones tradicionalmente de izquierdas. Ahora, parece que la izquierda ha abandonado un poco esas posiciones. Y la religi¨®n cat¨®lica tiene que ocupar ese lugar, pero no en solitario. Porque su primera tarea es la evangelizaci¨®n. La Iglesia puede suplir muchas deficiencias del Estado y ayudar a los desfavorecidos cuando aqu¨¦l no cumpla con sus obligaciones. Pero la Iglesia no puede convertirse en un organismo como la ONU o Unicef", a?ade Vian. "La Iglesia tendr¨¢ tambi¨¦n que luchar contra la injusticia en el terreno de la ense?anza impulsando una educaci¨®n cr¨ªtica. Por ejemplo, frente a la televisi¨®n. Ahora parece que los ¨²nicos valores son el consumo, el libre mercado, la competitividad. ?Pero esto no es el ¨²nico valor! Est¨¢ la solidaridad, el compartir...
La Iglesia del siglo XXI tendr¨¢, a su juicio, una caracter¨ªstica esencial que la diferenciar¨¢ de la actual: su centro de gravedad se desplazar¨¢ fuera de Europa. "En el colegio cardenalicio ya hay una mayor¨ªa de no europeos. Y ¨¦ste es el cuerpo electoral que elige al Papa", recuerda. La mayor¨ªa de los cat¨®licos no son europeos. "La Iglesia est¨¢ volviendo a sus or¨ªgenes pluriculturales". En este sentido, el historiador a?ade que el fin del rumbo europeo en la Iglesia "har¨¢ remitir la insistencia tan detallada sobre la moral sexual"
La llegada masiva de inmigrantes de otras religiones a Europa pondr¨¢ a prueba la capa cidad de no incurrir en la intolerancia y la incomprensi¨®n. "Hay que prepararse para el di¨¢logo con los inmigrantes. No podemos hacer una nueva Roma cercada por los b¨¢rbaros".
Otro gran pecado ser¨¢, seg¨²n el profesor universitario, la guerra. "Juan Pablo II conden¨® la guerra del Golfo. Pablo VI grit¨® en la ONU en 1965: '?Nunca m¨¢s la guerra!'. Y fue el que prepar¨® el documento de P¨ªo XII antes de la cat¨¢strofe de 1939, en el que dec¨ªa que todo se puede ganar con la paz y todo se pierde con la guerra. Benedicto XV defini¨® la I Guerra Mundial como 'una matanza in¨²til'. ?Hay una guerra justa? Pablo VI admiti¨® la posibilidad de una revoluci¨®n armada, pero, luego, cambi¨® esta postura".
Celibato
Vian ve muy dif¨ªcil que la Iglesia cambie su actitud contra la homosexualidad -"condenada por San Pablo"- y contra la ordenaci¨®n de las mujeres, "pese a que hubo abusos en la Antig¨¹edad y en la Edad Media, y posiblemente alguna mujer que ejerci¨® el sacerdocio". El celibato es, en cambio, un asunto distinto. "La Iglesia cat¨®lica siempre ha admitido la ordenaci¨®n de hombres casados en sus ritos orientales. El celibato se encuadra en la Iglesia de rito latino. Pedro estaba casado. En los primeros siglos, los obispos estaban casados. El celibato s¨®lo es un problema de orden cultural. No hay nada que impida suprimirlo", manifiesta Vian. El historiador cree que puede haber una apertura en la Iglesia y que un "hombre casado pueda hacerse sacerdote".
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