Carlos de Inglaterra,

adem¨¢s de preocuparse por la arquitectura, presta ahora atenci¨®n al idioma ingl¨¦s, pero al "ingl¨¦s de los ingleses, no al ingl¨¦s americano". El pr¨ªncipe Carlos apadrina el proyecto 2000 del Instituto Brit¨¢nico, cuyo prop¨®sito principal es mantener la hegemon¨ªa del ingl¨¦s y conseguir alcanzar mil millones de anglohablantes. El diario londinense The Times ha entrado en la pol¨¦mica. En su editorial, el rotativo contradice al pr¨ªncipe: "El ingl¨¦s es un idioma permeable, abierto a nuevas influencias, y ¨¦sa es su fuerza como idioma internacional".El ingl¨¦s "sostiene los derechos humanos, los buenos gobiernos, la resoluci¨®n de los conflictos y los procesos democr¨¢ticos", seg¨²n el pr¨ªncipe Carlos. Aunque ve una pega: "Tenemos que asegurarnos de que el ingl¨¦s -y cuando digo ingl¨¦s, pienso en el ingl¨¦s de los ingleses- mantenga su posici¨®n en el pr¨®ximo siglo", afirma Carlos. El ingl¨¦s americano, para el pr¨ªncipe Carlos, est¨¢ "muy corrompido". "Los americanos suelen inventar toda clase de nuevos nombres y verbos y forman palabras. que no tienen raz¨®n de ser", dice el pr¨ªncipe brit¨¢nico. Seg¨²n el pr¨ªncipe, 350 millones de personas hablan ingl¨¦s como primera lengua, 350 como segunda y un 80% de la informaci¨®n computadorizada est¨¢ en ingl¨¦s.