Retorno a los or¨ªgenes
Despu¨¦s de tres a?os y m¨²ltiples combinaciones, Clemente ha encontrado su selecci¨®n
Llegado a este punto, Javier Clemente ha cumplido el viaje de retorno a sus or¨ªgenes, un tr¨¢nsito casi freudiano a su infancia como entrenador, sin duda la ¨¦poca m¨¢s feliz del actual seleccionador espa?ol. Contaba 32 a?os y dirig¨ªa al Athletic. Se sabe que gan¨® dos Ligas y una Copa, y tambi¨¦n es conocido que aquel equipo llevaba la firma de Clemente por todos los lados. Era un equipo compacto, fuerte, r¨¢pido, elemental, sin otra concesi¨®n al barroquismo que el talento burl¨®n de Sarabia. Con el tiempo ha habido una tendencia a infravalorar la categor¨ªa de aquellos jugadores, pero la realidad es que hab¨ªa media docena de futbolistas de primera l¨ªnea: Goikoetxea, De Andr¨¦s, el el¨¢stico Gallego, Dani, Sarabia y Argote. En la porter¨ªa estaba Andoni Zubizarreta, convertido ahora en la memoria hist¨®rica de Clemente. Todav¨ªa es su portero."Este equipo (por la selecci¨®n actual) es el que quiere Clemente. Quiz¨¢ sea superior a aquel Athletic", comentaba Zubizarreta en J¨¦rez tras el partido amistoso con Alemania. La referencia de Zubizarreta no es casual. Si todo es lo que parece, el viaje ha terminado. La larga criba de sistemas y jugadores ha desembocado en una selecci¨®n poderosa, eficaz, vigilante de su ¨¢rea, pero a la vez muy da?ina ante el gol. Ha tardado tres a?os en conseguirlo, pero es su equipo so?ado.
Durante el camino de b¨²squeda, Clemente siempre ha considerado un m¨¦rito su tentaci¨®n cambista. "Vivo partido a partido. No soy de esos que tienen un sistema y se olvidan de lo dem¨¢s. Yo me fijo en los contrario y trato de hacerles la vida imposible. Es lo que m¨¢s me gusta", declar¨® en la v¨ªspera del ¨²ltimo partido frente a Dinamarca. Esto que viene ocurri¨® en la v¨ªspera del encuentro frente a Alemania en el Mundial de Estados de Unidos. Bien de madrugada, Clemente, caminaba acelerado por uno de los pasillos de un hotel de Chicago. Hab¨ªa una mueca de satisfacci¨®n en su rostro.
- "?Qu¨¦ te pasa?", pregunt¨® el periodista.
- "Ya lo tengo", contest¨® el entrenador.
- "?Qu¨¦ es lo que tienes?"
- "La soluci¨®n. Se me ha encendido la bombilla", concluy¨® Clemente. Y se fue a dormir.
La soluci¨®n era la marca individual de Alkorta sobre M?ller. Horas despu¨¦s del encuentro, cuyo resultado fue el empate a un gol, Clemente confesaba el susto que le produjo la sustituci¨®n de M?ller. "Vogts [el t¨¦cnico alem¨¢n] me ha salvado la vida. Ha puesto a V?ller por M?ller. Para Alkorta no ha sido problema. Lo duro hubiera sido si hubiera sustituido a M¨®ller por un centrocampista. Me habr¨ªa encontrado con Alkorta desubicado y con Guardiola en la obligaci¨®n de detener a dos centrocampistas en lugar de uno. Y ya sab¨¦is que Guardiola no tiene mentalidad defensiva".
Conjeturas de ese estilo son comunes en los planteamientos de Clemente. Por esa raz¨®n ha cambiado tantas veces de sistema -hasta seis veces en su etapa como seleccionador-, siempre en el intento de poner una piedra en el camino de sus rivales. Casi todas sus variantes han tenido que ver con la moda al uso. En el Athletic sigui¨® el patr¨®n de Bobby Robson, entrenador del pswich en los finales de la d¨¦cada de los setenta, y luego sigui¨® a Bilardo y Toshack (5-3-2), el primer dibujo de Sacchi (zona, 4-4-2) o la derensa mixta de Trapattoni. En la selecci¨®n ha movido la coctelera t¨¢ctica con la misma rapidez. Hubo un equipo fino (4-4-2 con Michel, Amor, Mart¨ªn V¨¢zquez y Manolo) que se fue al garete despu¨¦s del c¨¦lebre empate frente a Irlanda en Sevilla. Luego lleg¨® la ¨¦poca de los cinco defensas y el maircaje de Ferrer a Brian Laudrup en Dinamarca (final de otro ciclo). M¨¢s tarde se produjo la idea que Clemente consider¨® m¨¢s propia y genial: 3-3-3-1 ante Irlanda en Dubl¨ªn. Aquello que vali¨® frente a los irlandeses fracas¨® ante los coreanos en el Mundial.
Cada prueba, se iniciaba con un buen resultado y se cerraba tres o cuatro partidos despu¨¦s con una decepci¨®n. Ahora la moda es el 4-4-2 con dos medios centros defensivos (Dunga y Mauro Silva en Brasil; Albertini y Dino Baggio en Italia). Despu¨¦s de tres a?os como seleccionador y 14 como entrenador en Primera, Clemente ha encontrado que este sistema le resulta perfecto, en gran medida porque dispone de los hombres adecuados: una defensa potente dirigida por Nadal (l¨¦ase Goikoetxea en el a?o 84), dos medios tap¨®n (Hierro y Donato, a la manera De Andr¨¦s en el Athletic) y dos interiores r¨¢pidos, sacrificados y de largo recorrido: Luis Enrique Goikoetxea o Sergi (v¨¦ase Gallego y Urtubi). Incluso tiene la tentaci¨®n de quitar y poner a un futbolista al que pone en duda (Guerrero, o sea Sarabia). Es la selecci¨®n de Clemente: funcional, austero rocosa, cabeceadora y con mejores jugadores de lo que admiten sus cr¨ªticos. Se acabaron los cambios y las noches de insomnio.
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