Amarga decepci¨®n en la rusa Crimea
Kiev afianza su dominio sobre la discola pen¨ªnsula al destituir al presidente de la rep¨²blica aut¨®noma
ENVIADA ESPECIALEl presidente de Ucrania, Leonid Kuchma, ha demostrado tener sentido de la oportunidad y olfato pol¨ªtico para afianzar el dominio de Kiev sobre la d¨ªscola pen¨ªnsula de Crimea, un continuo foco de tensi¨®n con Rusia desde que se desintegr¨® la URSS a fines de 1991. En Sinfer¨®pol, el presidente de Crimea, Yuri Meslikov, aislado en su despacho e incomunicado telef¨®nicamente, esboza una sonrisa amarga al recordar que en 1994 ¨¦l mismo contribuy¨® a que el l¨ªder ucranio triunfara en las urnas con el apoyo de los sectores rusos, que constituyen un 70% de los casi tres millones de residentes en la pen¨ªnsula.
"Aqu¨ª, en este despacho, durante la campa?a electoral, Kuchina me dijo lo contrario de lo que dice ahora. Asegur¨® que consideraba necesario firmar un tratado bilateral entre Ucrania y Crimea y establecer la doble ciudadan¨ªa ruso-ucrania", afirma Meshkov.
Privado de su guardia personal e incluso de la pistola con la que acudi¨® esta semana a una conferencia de prensa, Meshkov se resiste a¨²n a reconocer su destituci¨®n como presidente de la rep¨²blica aut¨®noma de Crimea. As¨ª lo decidi¨® el 17 de marzo el Parlamento de Kiev, que aboli¨® ese d¨ªa la Constituci¨®n de Crimea y otras leyes, entre ellas la de presidente.
Desde el punto de vista de Kiev, Kuchma no pod¨ªa haber esperado un momento mejor. Con tratos entre bastidores, se asegur¨® una mayor¨ªa parlamentaria para las medidas de presi¨®n sobre Crimea que en otro momento habr¨ªa sido dif¨ªcil conseguir. Result¨® que el 17 de marzo los diputados de Kiev, y sobre todo el jefe del Parlamento, Alexandr Moroz, prefirieron hablar de Crimea que del tema inicialmente previsto en el orden del d¨ªa, a saber, los supuestos abusos de poder que han llevado a la c¨¢rcel a un ayudante de Moroz y que afectan a otros miembros de la ¨¦lite pol¨ªtica en Kiev.
Por otra parte, el presidente Meshkov y el Parlamento de Crimea, que llegaron al poder en 1994 con veladas promesas de uni¨®n con Rusia, se han desgastado mutuamente con sus conflictos internos, que los han desprestigiado ante los habitantes de la pen¨ªnsula. Preocupados por hacer frente a la inflaci¨®n con sueldos de miseria, los crimeanos no est¨¢n para salir a la calle a defender abstractas ideas de fusi¨®n con Rusia, algo que parece menos realista.
La frialdad del Kremlin
Desde el punto de vista de las relaciones entre Kiev Y Mosc¨², Kuchina no arriesg¨® gran cosa al imponer su autoridad sobre Crimea. El primer vicejefe del Gobierno ruso, Oleg Soskovets, viaj¨® a la capital ucrania el lunes sin hacer caso a las exhortaciones de los pol¨ªticos crimeanos que se opon¨ªan a la visita. Con excepci¨®n de la Duma Estatal, la C¨¢mara baja del Parlamento ruso, el Kremlin se ha mostrado bastante fr¨ªo a la hora de juzgar a Ucrania. Sobre el tel¨®n de fondo de las carnicer¨ªas de Grozni, el comportamiento de Kiev respecto a sus presuntos separatistas es poco menos que de guante blanco.
Kiev ha desmentido haber enviado contingentes militares a la pen¨ªnsula en previsi¨®n de posible resistencia. Oficialmente, los 200 polic¨ªas antidisturbio llegados a Sinfer¨®pol forman parte de un programa rutinario de lucha contra la delincuencia, aunque Sergu¨¦i Sp¨¢jov, el ayudante de Meshkov, causara gran agitaci¨®n cuando se dedic¨® a llamar a las agencias internacionales para contarles que el Parlamento estaba rodeado de tanques.
La poblaci¨®n de Sinfer¨®pol est¨¢ tranquila. Pr¨¢cticamente en todos los establecimientos hay puestos de cambio de divisas que ofrecen la posibilidad de protegerse contra la inflaci¨®n. Los ¨²nicos que se acercan al edificio donde se aloja el presidente y el Parlamento de Crimea son piquetes de irreconciliables nost¨¢lgicos de la URSS y tambi¨¦n quienes visitan el Consulado M¨®vil Ruso, una oficina que ha provocado las sospechas y la protesta de Ucrania. En el consulado se reparten formularios oficiales de uso m¨²ltiple, donde los crimeanos pueden hacer constar su deseo de adquirir la nacionalidad rusa. Como Ucrania no acepta la doble ciudadan¨ªa deseada por Mosc¨², la iniciativa tiene un valor psicol¨®gico. Una indagaci¨®n entre los solicitantes revela que ¨¦stos no piensan irse a vivir a Rusia; tan s¨®lo desean permanecer en Crimea y al llegar a jubilados cobrar las pensiones rusas, mucho m¨¢s altas que las ucranias.
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